A finales de 2019, Netflix dio a conocer todas las películas originales que sacaría a lo largo de este año. Lo que más nos llamó la atención fue ver el nombre de Charlie Kaufman en la lista: ¿su participación se daría sólo en el guion o tomaría la dirección por tercera vez? Esta última resultó ser la respuesta, y el título terminó en i’m thinking of ending things (Pienso en el final).
Este 4 de septiembre, por fin llega a Netflix para darle un respiro bastante profundo a los contenidos originales de la plataforma, los cuales se habían centrado en enormes presupuestos enfocados en la acción como en el caso de Extraction, The Old Guard y Proyect Power. Todos estos han sido un éxito enorme, y las a pesar de estar divididas, dirigen la balanza hacia algo más positivo.
Sin embargo, faltaba algo más. Quizá una película con más sustancia, trascendencia, y complejidad. Y así es como llegó Kaufman, quien le dio la vuelta completamente para entregarnos una cinta que vive en la cabeza su creador, el cual se habla a sí mismo. Ese es el principio de i‘m thinking of ending things… Pero hemos de ir por partes.
Charlie Kaufman
Charlie Kaufman comenzó su carrera como periodista. Sus primeros pasos en la industria los dio como guionista en una sitcom conocida Get a Life, y continuó respaldando las historias de otras comedias noventeras hasta que llegó el guion de Being John Malkovich dirigida por Spike Jonze. La industria volteó a ver el trabajo “abstracto” de Kaufman, y lo nominaron a un premio de la Academia.
Su segunda historia, también dirigida por Jonze, fue Adaptation, una adaptación del libro The Orchid Thief de Susan Orlean. Esta fue, quizá, la primera película en la que Kaufman participó en la historia más allá de escribirla: aquí está su experiencia para adaptar la obra, jugando con cada uno de sus pensamientos. Kaufman (y el hermano ficticio de la película), recibieron una nominación al Oscar por el trabajo.
Luego llegó Confessions of a Dangerous Mind, la cual tomó George Clooney para hacer su debut como director de la mano de Sam Rockwell, Drew Barrymore y Julia Roberts. Para 2004, se unió a Michel Gondry para Eternal Sunshine of the Spotless Mind protagonizada por Jim Carrey y Kate Winslet. El proceso al que se someten los protagonistas para borrar la memoria de su relación, le valió el reconocimiento internacional y finalmente, Kaufman se llevó su primer Oscar por Guion Original.
En 2008, Kaufman dio el tan esperado paso y debutó como director con Synecdoche, New York de la mano de Philip Seymour Hoffman. Siete años después, volvió con el proyecto de Anomalisa, la cual dirigió en stop motion en colaboración con Duke Johnson. Sus primeros pasos en festivales internacionales le dieron una entrada más grande, y por esta cinta, Kaufman recibió su primera nominación en la categoría de Película animada.
Cinco años más tarde, regresa con i’m thinking of ending things. Kaufman vive en su propia cabeza y deja de lado la dura carga emocional de un personaje que cree otras personas no deberían existir, ni él mismo. También rompe con su necesidad de presentar a los seres humanos como objetos de su negación.
En esta nueva cinta, Kaufman parece no hablarle a nadie, sólo a sí mismo. A veces da la sensación de que hace películas para él, para poder liberarse de tantas reflexiones, metáforas, ideas, argumentos, libros, películas, citas, pensamientos, y emociones también.
i’m thinking of ending things
i’m thinking of ending things está basada en la novela homónima de Iain Reid, y tiene como protagonistas a Jessie Buckley junto a Jesse Plemons, quienes comparten créditos con Toni Collette, David Thewlis y Guy Boyd.
La película arranca con un monólogo de la “joven protagonista”, quien dice que ha estado pensando en terminar con algo. Así es que recuerda una frase que alguna vez le dijo Jake, su novio: “Puedes decir o hacer cualquier cosa, pero no puedes fingir lo que piensas“. Estas palabras se convierten en la base de una película que dura dos horas, pero que te toma mucho más tiempo para el espectador a partir de que se deben hacer pausas.
Esta “joven” tiene varios nombres, los cuales van cambiando conforme avanza la película. Al principio se llama Lucy, Louisa, Lucia y hasta Ames. Es mejor tratarla sin un nombre. Lo mismo sucede con su ropa, cambia en distintos espacios y situaciones, pero sólo en algunos detalles como el suéter, un collar y el peinado. Y eso no es todo. También cambia de profesión constantemente. A veces es física, a veces estudia gerontología, luego es pintora, mesera y también poeta… entonces, tampoco sabemos realmente a qué se dedica.
De lo único que tenemos certeza, es de que tiene una relación (un mes, seis semanas o siete semanas de noviazgo) con Jake, un sujeto que la invita a comer a casa de sus padres en la granja en la que creció, y la cual está ubicada en medio de la nada… “Winter is coming”, grita Jake cuando pasa a recogerla en su primer viaje largo y en auto.
Jake es una enciclopedia. Es esa clase de tipos que todo el tiempo está explicando cosas, argumentado cada cosa que dice con un autor, con citas, haciendo referencia a películas y libros. Así es como controla las cosas y así controla su relación con la protagonista. La dinámica entre ellos es muy pesada porque en sus conversaciones, las cuales siempre terminan haciendo reflexiones grandes, Jake siempre limita la opinión de la “joven protagonista”.
Ella y Jake
Sólo en las misteriosas ecuaciones del amor, puede encontrarse alguna lógica.
La película tiene 3 escenarios importantes: el primero es el auto de Jake; el segundo la casa de sus padres; y el tercero, la escuela donde estudió. En estos tres espacios, ambos desarrollan conversaciones donde hay una enorme cantidad de referencias literarias, fílmicas, artísticas: Oscar Wilde, David Foster Wallace, la obra La sociedad del espectáculo…
Por ejemplo, hablan de la película A Woman Under the Influence de John Cassavetes, y la protagonista hace una crítica severa de esta película. Es fascinante saber que lo que dice, es lo que escribió Pauline Kael en los 70 para The New Yorker. Hay referencias directas al musical Oklahoma!, la protagonista cita a Bette Davis y hablan de la poesía de William Wordsworth.
Entre todas las conversaciones y sus pensamientos (algunos no son realmente suyos, sino ideas de autores ajenos), surge la duda para el espectador si la protagonista realmente existe o es producto de la imaginación de Jake, si se trata de una visión o la idealización de una mujer que primero se llama Lucy, nombre de una mujer a la que le dedicaron poemas.
En cualquiera de los dos casos, si es real o no, su figura parece abrumadora. Si el espectador viera algunas escenas (sobre todo las de la casa de Jake y la granja) sin tener contexto de la cinta, probablemente pensaría que es un filme de terror: la incertidumbre es aterradora porque la protagonista no sabe bien qué está haciendo ni quiénes están a su alrededor. Pero en realidad, los espectadores tampoco sabemos quién es ella…
No sabemos qué hace ahí, por qué decide quedarse, no sabemos quién es, además de que nos cuesta trabajo entender por qué reacciona de ciertas maneras (¿o acaso su reacción es no reaccionar?). Para la “joven protagonista” todo es confuso, pero parece aceptar de manera inmediata la situación por más extraña que parezca.
Entonces, el espectador se enfrenta a dos terrores: el de no saber qué puede suceder con la protagonista, y el no saber por quién tememos. ¿Debemos confiar en ella?, ¿todas las reflexiones que vienen de su mente son ciertas?, ¿acaso lo que piensa son sus pensamientos? Si sus pensamientos no pueden ser fingidos, ¿entonces todo lo que se ve que hace lo es?
Perfecta para el streaming
i’m thinking of ending things es “extrañamente” perfecta para una plataforma de streaming como Netflix. Dejando de lado las claras desventajas de ver una película en streaming (las constantes distracciones o la casi nula experiencia fílmica), hemos de considerar un aspecto, y es que esta cinta de Kaufman construye sus diálogo en base a citas textuales de enormes autores. Y también, estamos seguros, que hay citas del mismo Kaufman.
Por lo tanto, al tener el control en la mano, el espectador puede pausar la película para buscar las referencias a los ensayos, novelas, poemarios, películas, críticas… Y vale la pena hacerlo. Cuando tenemos contexto de lo que se dice en sus conversaciones, la historia comienza a involucrarte. Puedes entenderlos aunque sea una vez.
i’m thinking of ending things está disponible en Netflix.