Cuando hablamos de México y sus problemas, de una manera definitiva, solemos mencionar una solución única: la educación. Partimos de la lógica que si la gente tiene acceso a la educación, se evitarían los espacios llenos de violencia, habría más oportunidades laborales, acceso a la información, y por tanto, más opciones de salud en todos los sentidos.
Sin embargo, no solemos pensar en lo complicado, sino es que imposible, que es estudiar con el estómago vacío, o estudiar enfermo, estudiar con el miedo de salir de tu casa y pensar que te pueda pasar algo. Y ojo, no es que la educación no sea la solución, pero hemos de reconocer que es parte de una solución que integra varios aspectos.
Esto, a su vez, nos hace caer en cuenta que todo está como conectado, y hablar de una solución es como el dilema del huevo y la gallina. Cuál es primero, cuál de todas es más urgente… ¿Cuál es más importante?
Pan y Circo
Y justamente, Pan y Circo liderado por Diego Luna en Amazon Prime Video (AQUÍ nuestra reseña), lanza esta pregunta no para responderla de manera definitiva y encontrar una solución a un problema que no es único; pero sí para asumir que nos estamos enfrentando a un montón de problemas y no podemos poner uno por encima del otro.
Pan y Circo se estrenó durante la segunda mitad de 2020 con un formato interesante en el que Diego Luna se sentaba en una mesa a comer con un montón de especialistas sobre diversos temas públicos: aborto, cambio climático, legalización de la marihuana, migración, racismo, violencia de género y la pandemia.
El actor mexicano preparaba una comida especial como pretexto para juntar personas y platicar (porque en una mesa lo más importante es lo que conversas, después lo que comes). Así, se desarrollaron interesantes debates sobre situaciones que en la realidad nos llevan al límite de la opinión pública, en un blanco y negro. Pero aquí, la intención siempre fue escucharse, reconocerse en las experiencias, el conocimiento y descubrir que siempre hay un acuerdo por “mínimo” que sea.
Este 2021, la serie y Diego Luna están de regreso con una segunda temporada (AQUÍ las fechas) de cuatro especiales que se estrenarán a partir de este 8 de octubre hasta mediados de 2022 para poner en la mira la crisis de la democracia, la experiencia migrante, las protestas ciudadanas, y la salud pública. Este último es el protagonista de la primera entrega, la cual tuvimos oportunidad de ver para sentarnos (virtualmente) a platicar con Diego Luna.
Acceso a la salud pública
En esta primera mesa, se sienta el también productor mexicano junto al doctor Julio Frenk Mora, presidente de la Universidad de Miami; el activista e investigador Ricardo Baruch; la politóloga Laura Flamand, coordinadora la Red de Estudios sobre Desigualdades de el Colegio de México; y el maestro en Derecho Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Cuando se menciona el tema, lo primero que nos viene a la mente es la crisis sanitaria derivada del COVID-19. La relación es más que evidente; sin embargo, la pandemia vino a revelar (para algunos confirmar) las necesidades del sistema de salud pública en México y como todas estas, al igual que lo mencionamos en un principio, están relacionadas con el resto de las crisis a la que las y los mexicanos nos enfrentamos. De nueva cuenta: conversarlas y reconocerlas, es lo primero.
Diego Luna: No pues ya. Te agradezco. Mejor tú deberías de hablar de nuestro programa, lo tienes más claro. Es que sí, sin duda, cuando dijimos, “A ver, cómo hablamos de las certezas y las reflexiones que nos ha traído esta pandemia sin hacer otro episodio sobre la pandemia“, dijimos, “Hablemos sobre el acceso a la salud” porque para empezar, ¿qué es?
Si lo vemos sólo como el que nos reciban en un consultorio, el que haya una cama o un respirador cuando lo necesitamos, el que la vacuna llegue a nosotros, el que tengamos acceso a pruebas para saber a qué nos estamos enfrentando, nos quedaríamos chatos. ¿Por qué? Porque la salud es todo y todo está relacionado con nuestra ella: el aire que respiramos, el agua que tomamos, la relación que tenemos con la violencia, con nuestro trabajo, con la angustia que puede representar o no llegar a tiempo, con las desigualdades que vivimos tan brutales y tan dramáticas no sólo en México sino en el mundo entero.
Hablamos de la falta de coordinación tanto local, nacional y global. La falta de confianza que hay en nuestras instituciones. Todo se relaciona. Entonces, hablar de salud es hablar de qué tenemos que hacer, qué tenemos que… como dices, cómo vamos a priorizar nuestras batallas para que de verdad las cosas cambien y pues esa pregunta, responderla, es complejo.
Diría que yo no estoy capacitado, pero sí quisiera escuchar voces que me ayuden a encontrar, poco a poco, un camino que a lo mejor algún día me lleve a una solución o a una respuesta.
Se dice en la mesa (durante el especial), que nada sirve que Europa se vacune si América Latina o África no están completamente vacunadas; de nada sirve que haya vacunas, si la gente no se quiere vacunar… En fin, hay una noción de que nuestros problemas son los problemas de los demás; por ende, la solución está en abrir el panorama, la perspectiva y creo que eso no puede más que ser bueno.
Quiero ser esperanzador, quiero vivir, perdón, con esperanza este momento y decir, “No vamos a poder salir de esta iguales”. Es imposible, ¡ya no somos iguales! Ojalá este momento nos lleve a encontrar soluciones y a bajar la guardia, porque en un escenario de confrontación, lo único que podemos hacer es lastimar al otro, no hay otra salida, no hay otro final para esa historia.
Ojalá empecemos a buscar soluciones en conjunto aunque pensemos diferente, porque creo que ese es un mensaje que sí queda claro en Pan y Circo, que no se trata de que todos coincidamos, sino que nos escuchemos, entendamos y respetemos nuestras diferencias también. Si logramos eso, ya el escenario será uno más benévolo para que realmente pase algo.
La salud como tema unificador
En la introducción de “Acceso a la salud pública” de Pan y Circo, Diego menciona algo elemental: un diagnóstico no es una sentencia. Esto quiere decir que distinguir un problema, es el principio de la solución, no el fin. Y si reconocemos que la salud pública en México necesita transformarse, es justamente el primer paso para hacer algo. ¿Cuál esa acción?
En este episodio, se sugiere pensar en la salud pública como un patrimonio individual y colectivo, y como menciona uno de los invitados, esto daría paso a que la salud nos permita hablar de cambio climático, solidaridad comunitaria, desinformación, polarización, discriminación y demás problemas relacionados.
Una de las reflexiones que cabe destacar, fue la de la salud como un tema unificador, que a la par, va muy relacionado con la política –o mejor dicho las acciones políticas– como un instrumento de división. Y qué peor manera de dividir a la gente que asumiendo que unos tienen derecho a acceder a la salud y otros no. ¿Las razones? Su condición de ciudadanos, por su color de piel, ocupación laboral, creencias religiosas, etcétera.
Diego Luna: Totalmente, totalmente. Y como se dice en el programa, porque además, ese es el tipo de frases que nadie rebate y dices, “Ahí hay una coincidencia ¿no?”. En efecto, el tema de salud puede ser unificador. Nos queda claro que esta enfermedad y no me refiero al COVID, porque el COVID no es una enfermedad; me refiero a la enfermedad que venimos cargando, la que compartimos todas, todos, todes y de la que nadie se salva.
Entonces partamos de ahí. Sí tenemos algo en común, todos convivimos con este nivel de desigualdad tan brutal y nos queda claro. Y si lo tenemos claro, podemos hacer algo de forma conjunta aunque tú y yo no creamos en lo mismo, ni creamos que nuestros contextos son iguales. A pesar de eso, sí tenemos ciertas coincidencias y una es esta: la gran certeza de que la tierra no se va a acabar, lo que se va a acabar es nuestra existencia si no hacemos algo.
La “politización” es parte del problema
De manera casi consecuente, las y los invitados hablan de cómo se politizó el tema de la pandemia, un reflejo de lo que siempre ha sucedido. Las vacunas han resaltado la carencia de interés de las autoridades de hacer valer el derecho de todas las personas.
Durante la conversación, Zoé Robledo dice, “A ver, todo se politiza porque intervienen acciones políticas” en un aparente intento de cerrar una discusión que no pretendía apuntar a la politización como el problema, sino como parte del mismo (un escenario que bien se podría traducir a los otros tantos temas que hemos. mencionado en esta misma nota).
Hacemos hincapié en esta parte del episodio porque reducir así las cosas conlleva, incluso, quitarle validez a la misma premisa de Pan y Circo en la que no podemos someter los problemas a una solución única. Es decir, evitar utilizar una palabra bajo un concepto aparentemente erróneo, no va a resolver nada.
Diego Luna: El segundo especial trata sobre el estado de la democracia, la crisis de la democracia. Y justo hablamos de eso. Si entendemos la democracia como la acción electoral o como la política electoral, esa que busca votos, estamos equivocados, estamos en un error gravísimo. Y completamente estoy de acuerdo, reduccionista de forma peligrosa.
Claro que es muy triste cómo instituciones y países han utilizado esto para todo, menos para encontrar una solución que nos incluya a todas y todos. El manejo de la vacuna a nivel global es la mejor muestra. Cómo puede haber territorios que hoy estén cerca de la inmunidad. Otros que no han podido aplicar vacunas. Y otros que tienen vacunas y no se aplican porque la gente no quiere.
Es brutal, eso te habla del terrible manejo de esta pandemia y de este momento. Entonces sí, básicamente estoy de acuerdo con todo lo que dijiste. Es increíble, me encanta tu diagnóstico del episodio que en efecto, no es una sentencia. También trata de otras cosas para que el público las descubra. Pero tu diagnóstico es muy preciso.
“Acceso a la salud pública” de Pan y Circo ya está disponible en Amazon Prime Video.