El PAPALOTE Museo del Niño está en crisis. El reconocido recinto de la Ciudad de México, como muchos establecimiento, negocios, organizaciones y más, atraviesa una crisis financiera difícilmente sostenible que, como muchas, es derivada de la pandemia.
Los cierres concretados a lo largo del 2020 y la incertidumbre respecto a la contingencia de salud visualizada hacia lo que resta de 2021, no proveen un panorama alentador. Por lo que es momento de actuar.
La organización del museo está llevando a cabo una campaña con la que piden la ayuda del público para continuar operando durante esta crítica situación y más allá de ella.
La directora del lugar, Dolores Beistegui, platicó con sopitas.com de cómo han sido los meses de pandemia y cómo han reaccionado al problema. Además, detalla la forma en la que podemos ayudar, más allá de un donativo voluntario, a esta institución que por más de 27 años, ha recibido a la infancia mexicana con los brazos abiertos.
El impacto de la pandemia en 2020
“Nos adelantamos un poquito a la disposición del gobierno federal”, dice Dolores en entrevista revelando que la dirección del PAPALOTE Museo del Niño veía venir la complicada situación desde la primera mitad de marzo. Ello les obligó a tomar medidas drásticas desde el primer momento.
“El 17 de marzo, tomamos la decisión de cerrar nuestras tres sedes (Chapultepec, Cuernavaca, Monterrey)… Inmediatamente tomamos medidas drásticas como recortar 50 por ciento del sueldo al personal de Ciudad de México“, comenta.
Las medidas tomadas con anticipación, permitieron que la administración del recinto pudiera sostenerse durante los siguientes meses hasta que por ahí de septiembre, se permitió la reapertura con aforo limitado y con pocas exhibiciones. Eventualmente, las actividades cesaron cuando el semáforo rojo regresó a la capital en diciembre.
“Entre el 17 de septiembre y el 5 de octubre, hubo extraordinaria respuesta del público… Tuvimos una oferta un poco reducida porque cerramos algunas exhibiciones de alto riesgo. Pero con todo eso, tuvimos una respuesta extraordinaria…
Muy pronto en octubre, con el contagio y la invitación del gobierno de la Ciudad de México a quedarnos en casa, las visitas fueron cayendo dramáticamente hasta que llegamos al 14 de diciembre cuando tuvimos que cerrar definitivamente por el semáforo rojo.
Terminamos el año muy mal. Amanecimos en enero y vimos que lejos de mejorar, la situación iba peor y tomamos la decisión de no volver a abrir hasta que hubiera mayor control. El asunto, hoy en día, es que el museo se encuentra cerrado hasta 10 de noviembre“.
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El acercamiento de las autoridades
A lo largo del año pasado, el PAPALOTE Museo del Niño no sólo implementó las disposiciones de recorte de sueldo y presupuestos. Junto a otros sitios dedicados a fomentar la cultura, la administración levantó el Frente ProMuseos con el objetivo de pedir al Gobierno Federal que desarrollara una política de rescate.
Se logró un acercamiento con la Secretaría de Cultura y, posteriormente, algunos convenios con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) para recibir apoyo médico y negociar deudas. Pero los rebrotes y el cierre definitivo de diciembre pasado, complicaron de nuevo todo. Los convenios con las dependencias ya no son suficientes para sostener actividades, y de ahí, es que se ha solicitado el apoyo al público.
“De ahí, la necesidad de recaudar 50 millones de pesos que nos permitieran cumplir con nuestras obligaciones laborales, nuestras obligaciones fiscales y más.
Tenemos un junta la semana que entra para ver cómo podrían apoyarnos a resolver esta gran crisis y participar de alguna manera con fondos para alcanzar la meta, llegar a noviembre y seguir prestando nuestro servicio”, detalla Beistegui vía telefónica.
¿Recorte de personal? No, por el momento
PAPALOTE Museo del Niño en un conglomerado de tres sedes: la más grande y conocida, está ubicada en Ciudad de México; una más en Cuernavaca; y otra en Monterrey. Sin embargo, es el edificio capitalino el que sirve como base de operaciones corporativas para las demás.
Antes de la pandemia, según estima Beistegui, se recibían cerca de 680 mil personas al año, entre mil 500 y 2 mil visitas diarias, aproximadamente. Esa cifra permitía que el museo, al tratarse de una organización privada sin fines de lucro, pudiera subsistir por su propia cuenta… Pero hoy las cosas son diferentes.
Las sedes en Nuevo León y en Morelos cerraron definitivamente, mientras que la de Chapultepec continúa en operaciones con un personal de apenas 159 personas en diferentes áreas administrativas y creativas. Dolores, con optimismo, confía en que la recaudación total se logrará y no habrá necesidad de recortar personal.
Yo quisiera pensar que nuestra campaña va a ser exitosa y que podremos conservar el enorme talento que hay en PAPALOTE sabiendo que desde marzo, todos los que trabajamos en el museo cobramos 50 por ciento de nuestro sueldo.
¿Cómo ayudar al Papalote Museo del Niño?
Por el momento, las cifras arrojan cerca de dos millones de pesos recaudados, un monto aún lejano pero que demuestra la buena voluntad de la gente que ha crecido con el PAPALOTE y que reconoce su valor no sólo como un elemento característico de la arquitectura de la CDMX, sino para la población infantil con fines educativos.
“La respuesta ha sido extraordinaria tanto de empresas como de personas físicas que están haciendo aportaciones desde pequeñas, hasta medianas y grandes”, comenta Beistegui, quien además, se encuentra a la espera del apoyo del Gobierno de la Ciudad de México.
Cualquiera de ustedes, lectores, pueden hacer un donativo POR ACÁ. Van desde $50.00 hasta $100.00 pesos. Por supuesto, la administración del PAPALOTE sabe que las economías familiares también han sido azotadas por la pandemia, por lo que pide que, en caso de no contar con la posibilidad de hacer un donativo monetario, repliquen el mensaje.
Lo más importante es manifestar las ganas de que PAPALOTE siga abierto por muchos años. Eso implica reconocer el trabajo de PAPALOTE para la infancia mexicana, las familias y la CDMX. Para eso, repliquemos el hashtag #SalvemosPapalote, #AmoPapalote… Eso es lo que nos da ánimo”, especifica la directora Dolores Beistegui.