Sin señas particulares de Fernanda Valadez, forma parte de la Selección oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia 2020 (FICM) en la sección de Largometraje Mexicano.

Jesús no tiene más de 15 años. Le dice a su mamá que se irá a Estados Unidos con su amigo Rigo con la promesa de conseguir un trabajo en Arizona. Agarran una maleta y se van. Después de dos meses, las madres de los adolescentes están desesperadas porque no han recibido noticias de ellos.

¿Llegaron a la frontera y lograron cruzar o los detuvieron? En el peor de los casos, surgen otras dudas que provocan terror: ¿Y si antes de llegar se toparon con un grupo criminal? Aquí todo se reduce a desaparición forzada o reclutamiento, que en cualquiera de los casos, es sinónimo de muerte.

Después de que Rigo aparece muerto, la única pregunta que ronda entre los personajes y los espectadores es sobre el paradero de Jesús. Por lo que Magdalena, su madre, emprende un viaje desde Guanajuato a la frontera para buscar a su hijo.

Juan Jesús Varela en ‘Sin señas particulares’. / Foto: Courtesy of Sundance Institute

Sin señas particulares

Eso es Sin señas particulares, la ópera prima de Fernanda Valadez que compite en la Selección de Largometraje Mexicano en el FICM 2020. Está protagonizada por Mercedes Hernández como Magdalena, una madre que que como miles, tienen algo qué buscar en México, un país cimentado en fosas que esconden los cuerpos de miles de hijas e hijos.

Magdalena deja su casa y su parcela para atravesar el país y reclamar, primero, el cuerpo de su hijo. Pero ante la duda (muchos cuerpos son calcinados y es imposible reconocerlos), comienza a investigar en distintos puntos qué fue lo que pasó con Rigo y por qué éste apareció pero no Jesús.

Personajes de Rigo y Jesús. / Foto: Cortesía FICM

La protagonista emprende una odisea en la que se encuentra con personajes que se involucran en su historia, y que al mismo tiempo cuentan la suya: otra madre que busca a su hijo desaparecido desde hace cuatro años y Miguel, un deportado que vuelve de Estados Unidos con las manos vacías.

Su viaje mantiene al espectador a la espera de un punto final que nunca llega. Valadez, con un ritmo desacelerado, escala en el miedo a través de escenarios que contrastan. Una mujer que atraviesa pueblos fantasma, consumidos por la violencia, pero que nunca se revela de manera evidente.

Mercedes Hernández en ‘Sin señas particulares’. / Foto: Cortesía FICM

Magdalena, acompañada en algunas ocasiones de Miguel, recorre a pie escenarios naturales y bellos que transmiten paz, pero que están llenos de peligro. Los alrededores de una presa, donde impera el silencio, están en guerra y representan una trampa para cualquiera que los pise.

Por eso, ver Sin señas particulares resulta en una experiencia abrumadora, pues cada espacio es una trampa mortal que no es evidente. La violencia está ahí, pero no la ves. Sin embargo, la directora le permite al espectador asumir qué es lo que podría pasar porque la historia y el recorrido de Magdalena nos resulta, desafortunadamente, demasiado familiar.

La película trabaja esa tensión y ese miedo y obliga a quien la ve a involucrarse emocionalmente. Sin señas particulares es un filme que duele, y mucho.

Imagen durante filmación de ‘Sin señas particulares’. / Foto: CortesÍa FICM

La fotografía y el argumento

Como les platicamos, el viaje de Magdalena nos lleva por paisajes desoladores y bellos, pero que están en conflicto y en donde se desarrollan los actos más violentos. Esta parte es importantísima, pues contrasta con la realidad de los protagonistas que se encuentran.

Sin señas particulares, Fernanda Valadez y Claudia Becerril (directora de fotografía) hacen un trabajo espectacular entre la narrativa visual y el argumento. Ninguna se ve rebasada por la otra y hay un equilibrio. La historia, la cual se centra en la desaparición de un menor de edad, es lo suficientemente fuerte y trágica, por lo que el imaginario visual acompaña los eventos sin necesidad de explotar lo que desencadena todo: la violencia misma.

‘Sin señas particulares’ de Fernanda Valadez.

La oralidad, para aquellos que le dan más importancia o validez a la literatura en un filme, absorbe toda la carga emocional, y lo hace a través de Magdalena. Pero la fotografía, los escenarios y cada escena, ayudan al espectador a soportar el viaje de la protagonista y les permite hacer el recorrido con ella.

Una propuesta como Sin señas particulares se agradece en cuanto al tratamiento que se le da a la violencia. Los que vivimos en México, incluso aquellos que estamos “lejanos” a los puntos de violencia inmediatos, sabemos cuál es el entorno que rodea a Magdalena en su camino. Sabemos que mientras camina junto al muro, cerca de ella la suerte de migrantes nacionales e internacionales termina. Su rostro, la búsqueda misma, representa aquello que impera pero ya no necesitamos ni queremos ver. 

Magdalena en ‘Sin señas particulares’. / Foto: Cortesía FICM

Mercedes Hernández como Magdalena

Unos años después de que diera inicio la Guerra contra el narco, comenzaron a acumularse maletas en las centrales de camiones en el norte. Ahí, estas maletas representaron la desaparición de migrantes, sus duelos, que ahora se cuentan por decenas de miles. ¿Cuál es el recorrido que ha de hacer una maleta sin dueño?

La respuesta, en la mayoría de los casos, es ninguno… a menos que otra maleta comience un nuevo recorrido: aquella que resguarda las pertenencias del familiar que emprende la búsqueda de su hijo, hija, padre, madre, esposa, esposo desaparecido. Así fue como en 2014, Fernanda Valadez estrenó su cortometraje 400 maletas en el que una madre busca a su hijo.

Para este cortometraje, la directora trabajó con David Illescas y Mercedes Hernández. La idea hacer el recorrido y ser testigo del viaje del familiar de un desaparecido, parece rondó por varios años por la mente de Valadez, y los resultados los vemos en Sin señas particulares

El personaje de Miguel interpretado por David Illescas. / Foto: Cortesía FICM

La directora reunió de nueva cuenta a Hernández e Illescas para dar vida a Magdalena y Miguel, respectivamente. Uno de los puntos más destacados, sin duda, es la interpretación de Hernández, quien no necesita exagerar su interpretación, pues parece reconocer que la historia es lo suficientemente emocional como para eclipsarla con una representación desproporcionada.

Pero más allá de eso, se trata del personaje de una madre que carga con la desaparición de su hijo y la posibilidad de que esté muerto, y que además, haya muerto de manera violenta. Por lo que Magdalena, en un recorrido lleno de peligros, se mantiene de pie para llegar al fin de la historia. Y eso, Hernández lo hace de manera espectacular. 

Juan Jesús Varela como Jesús en ‘Sin señas particulares’. / Foto: Cortesía FICM

Sin señas particulares en Sundance

Sin señas particulares se presentó en el Festival de Sundance 2020 y se llevó el World Cinema Dramatic Special Jury Award y Mejor Guion. Pero también ha hecho un recorrido por varios festivales internacionales.

Esta semana llega a la edición 18 del Festival Internacional de Cine de Morelia como parte de la Selección oficial de Largometraje Mexicano, donde es la favorita para llevarse el máximo galardón. 

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