Pueden ver Olimpia por única ocasión este 3 de octubre en el sitio web de la Filmoteca UNAM
Las referencias históricas y artísticas del movimiento del 68, no sólo la fatídica noche de Tlatelolco, se cuentan por miles. Archivos literarios, musicales, fotográficos y fílmicos, construyen una memoria que se mantiene viva, pero al mismo tiempo estancada. Con esto nos referimos a que la historia del 68, la matanza de los estudiantes y civiles, se ha repetido en varias ocasiones, sobre todo en los últimos 10 años con la llegada de la Guerra contra el narcotráfico y la indiferencia de las autoridades.
Sin embargo, no podemos pasar por alto o ignorar el hecho de que esos documentos, esa memoria, sigue ahí como un testimonio de nuestra historia y un recordatorio de lo que no debe volver a suceder. Por ejemplo, el filme El grito de 1968 de Leobardo López Arretche, un documental que narra en imágenes y secuencias el movimiento estudiantil del 68 y su punto más alto, la matanza del 2 de octubre.
Con el tiempo, este trabajo de varios estudiantes del CUEC de la UNAM, bajo la tutela del entonces director del instituto, Manuel González Casanova, registró en 16 milímetros desde julio de 1968 hasta la inauguración de las Olimpiadas que si bien calmaron a la sociedad, también fueron utilizadas como un pretexto de olvido. El grito se ha convertido en uno de las pocas evidencias internas (fílmicas) de todo el movimiento.
Su importancia es tan grande, que a la fecha sigue siendo una de las referencias más grandes de la época, y ha sido retomada por José Manuel Cravioto, director egresado del CUEC. Este cineasta presenta su filme de ficción y animado titulado Olimpia, el cual se proyectó el Festival Internacional de Cine de Morelia. Esta cinta, la primera producción de la Universidad Nacional Autónoma de México sobre el 68, compitió en la categoría de Largometraje mexicano en este mismo festival.
Olimpia se podría definir como la restauración de El grito vista desde la perspectiva e historia denos presenta la tres estudiantes de la UNAM que pertenecieron al movimiento desde distintas aristas: la palabra, la fotografía y el cine. Cada uno cuenta su propia historia relacionada a la imposición violenta de las autoridades, así como sus proyecciones políticas y sociales.
A diferencia de la mayor parte de películas sobre el tema, Olimpia es una mirada más íntima y personal sobre las luchas personales y morales de los estudiantes. ¿Por qué decidí entrar al movimiento?, ¿formo parte del mismo?, ¿qué es lo que puedo hacer? Pero sobre todo, Olimpia aborda el miedo y la validez del mismo en una época en que la represión era “legal” y la denuncia algo inconcebible. Han pasado ya 51 años del Movimiento del 68 y una de las tragedias más grandes del país a nivel social y cultural, pero esta película se siente actual, es orgánica y la entendemos, sobre todo aquellos que han estado de cerca una lucha.
Lo que resalta en este filme que lleva una historia ya conocida, es su formato: rotoscopia en animación, como si se tratara de una acuarela, realizada por estudiantes de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, que se tradujo en ocho meses de trabajo manual para recrear escenarios tanto en locaciones reales o “naturales” y con fotografías de la época que pertenecen a los archivos de la Filmoteca, TV UNAM y la revista Proceso, así como las capturas de El grito.
De acuerdo con Cravioto durante la conferencia de prensa de Olimpia en el FICM 2018, este es un filme que ofrece una experiencia total para las audiencias, una “ofrenda colectiva” en honor a todos aquellos estudiantes y civiles que salieron a las calles a documentar uno de los episodios más determinantes en la historia del México moderno que se marcó con la “V” de victoria, el estandarte de los estudiantes.