El año pasado, a días de que éste terminara, una de las más grandes mujeres en la historia de Hollywood falleció dejando un gran hueco en el mundo del cine. Carrie Fisher, a quien todos recuerdan con cariño por su papel de la princesa Leia, nos dejó debido a un ataque al corazón.
En los informes preliminares tras su muerte se encontraron múltiples drogas en su organismo, las cuales provenían de medicamentos que Fisher tomaba debido a su condición mental (trastorno bipolar). Pero un nuevo informe, revela que hubo otros factores en su fallecimiento.
Este viernes, la oficina forense del Condado de Los Ángeles, California, informó que la muerte de Fisher se debió a una “apnea del sueño”.
El apnea del sueño provoca que se deje de respirar por algunos segundos o incluso minutos, mientras se duerme. Se cree que este factor, junto con otros que no han sido detallados del todo, hizo que el paro cardiorrespiratorio de Fisher empeorara, razón por la cual no se pudo hacer nada para salvar su vida.
Desde hace años, Fisher dio a conocer sus problemas con las drogas y el alcohol, así como su condición mental, la cual la llevaba a tomar varios medicamentos para controlarla. Principal vocero sobre la atención y cuidado de personas que sufren de enfermedades mentales, la muerte de Fisher arrojó luz a este problema.
En fin, resultará muy extraño ir a ver las nuevas películas de Star Wars sabiendo que la princesa Leia ya no volverá a aparecer.
