Por Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11
La llegada de Zinedine Zidane al Calcio en 1996 fue un desafío a la fuerza y el músculo.
El francés ya había dado fe de su talento en el Cannes y Burdeos de su país, pero se encontraba ante el reto más grande de su carrera: brillar en la Juventus, y sobre todo, en un futbol que no parecía apto para él.
Con su 1.85 de estatura y más de 80 kilos se podía advertir que el físico del hijo de un inmigrante argelino sería herramienta suficiente para destacar en Italia; sin embargo, Zidane nunca le sacó provecho a su fortaleza, si no a su cerebro.
“En un futbol donde la norma es chocar, Zidane siempre encuentra los caminos despejados. El disco duro que tiene en la cabeza parece juntar la historia del futbol europeo y la del futbol sudamericano; el resultado es un juego universal.
“El único reloj que da la hora justa es el de Zidane. Tiene un panorama amplísimo; sabe cuándo hay que tener la pelota y cuándo hay que soltarla; sabe cuándo hay que jugar en corto y cuándo hay que jugar en largo, sabe cuándo hay que tocar a los laterales y cuándo hay que profundizar”, escribió Jorge Valdano por aquellos años para referirse al paso de Zizou en la Juve.
Fueron cinco años en los que para nada pasó inadvertido con la Vecchia Signora, pero sí fue constante blanco de diversas críticas como una de Diego Armando Maradona.
“Con la misma técnica y 20 centímetros menos sería mucho más explosivo”, llegó a decir el ‘10’; mientras que Valdano lo definía como “un elefante (por su físico) con el cerebro de una bailarina”.
Ganó dos títulos de Serie A, una Supercopa de Italia, la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental, pero en dos ocasiones se le negó la Champions League, al grado de que se le llegó a considerar el gato negro o la mala suerte del equipo, lo que a la postre sería uno de los motivos que lo orillarían a dejar el Calcio y fichar con el Real Madrid.
Tuvo a Alessandro del Piero como uno de sus mejores socios, jugó 212 partidos vistiendo la camiseta bianconeri y marcó apenas 31 goles, eso sí, todos ellos con el sello de la casa: llenos de magia y calidad.
Más allá de que su salida de la Juventus significaría el despegue total de la carrera de Zizou, pues vestido de blanco ganó todo lo posible en el futbol, el cariño y respeto que guarda el ahora técnico merengue por su rival en turno no es poca cosa.
“Ahora estoy aquí y sólo pienso en el Madrid, pero jugué cinco años en la Juventus y tengo recuerdos muy buenos de esa época. Esta final es un poco especial”, dijo hace unos días.
El 4 de julio de 2001 se confirmó un secreto a voces que tenía meses rondando al entorno de la Juventus: Zidane era fichado por el Real Madrid que pagó casi 76 millones de euros por el francés, quien cobraría seis millones anuales, a la par de Figo y Raúl, en lo que fue la construcción de los Galácticos.
Han pasado 16 años desde Zidane se marchó de la Vecchia Signora y este sábado está pactado un reencuentro, solo que esta vez el francés se sienta del lado español y ya no mueve los hilos desde la cancha, pero sí a partir de la estrategia.