En el deporte ganar es lo máximo. Es lo único, dirían algunos pero siempre hay que saber ganar. Hay unos que abusan en sus festejos y terminan haciendo tonterías.
Digamos que eso le pasó a Zhang Jike, un jugador de PingPong que este fin de semana ganó el Mundial Liebherr, título disputado en la ciudad alemana de Dusseldorf.
Zhang Jike es toda una estrella del tenis de mesa pero en esta ocasión, se excedió en sus festejo. Con decirles que ni parecía que estaba contento por ser el campeón.
El premio por ganar el título eran 45 mil dólares y el chino vio el dinero de entrada por salida, ya que al saberse campeón, festejó de una manera insólita.
En vez de saltar, ir con su familia o hasta quitarse la ropa y verse muy feliz, Zhang Jike comenzó a patear las vallas publicitarias de ahí. Como si hubiera perdido y estuviera lleno de ardor y rabia.
Miren nomás la “alegría” de este chino (no por nada son unos verdaderos loquillos):
Whaaaaaat?
Pues eso no es todo. Su chistesito le costó nada más y nada menos que los 45 mil dólares que se había ganador.
Ya solo le quedó decir que estaba arrepentido y no sucedería de nuevo.
Aquí la cuestión es para la Federación Internacional de PingPong: si ya saben cómo se pone Zhang Jike, para que lo invitan a los torneos.