Mientras que en Moscú, Rusia, la Selección de Francia y la de Croacia se disputaban la vigésimo primera Copa del Mundo, en Inglaterra un serbio volvía al trono. Novak Djokovic volvió a ganar un Grand Slam después de dos años, en los que estuvo sumergido en las sombras entre lesiones y bajas de juego.

El serbio conquistó Wimbledon en sets corridos frente a la sorpresa del torneo: Kevin Anderson, quien resintió el esfuerzo físico de las Semifinales y sólo dio muestras de vida en el tercer set, pero en general. El serbio se impuso 6-2, 6-2 y 7-5 (7-3) para volver a los primeros planos del tenis desde que ganó su último grande, Roland Garros, hace más de dos años.

La recompensa para el serbio es volver al top ten a partir del lunes. “Se siente increíble porque es la primera vez en mi carrera que tengo a mi hijo gritando ‘Papi, papi’ en la grada”, dijo el serbio, quien con sus palabras provocó una carretada de aplausos.

Ambos finalistas llegaron con una carga física importante. Anderson venció al estadounidense John Isner un partido que se extendió por seis horas y 36 minutos. Con ese registro, se ganó el título de haber ganado el partido más largo de la historia.

En tanto, Djokovic necesitó cinco horas y 14 minutos para vencer al español Rafael Nadal. Ese partido se jugó hasta el tercer set el viernes debido a que a las 11 de la noche se deben suspender las actividades al aire libre en Inglaterra, por lo que los dos sets restantes se disputaron el sábado.

Para Djokovic es el décimo tercer título grande en su carrera, el cuarto en Wimbledon y el primero en este año.

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Sergio Ramírez es periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha trabajado en Diario Estadio, La Razón de...

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