Kobe Bryant se retiró de la NBA en el 2016, pero años atrás el mundo sabía que formaría parte del Salón de la Fama y desde hoy ya lo es. La leyenda de los Lakers fue uno de los nueve exjugadores inducidos en la ceremonía que debía realizarse en 2020, pero fue aplazada un año debido a la pandemia.
‘Black Mamba’ falleció el 26 de enero de 2020 tras el desplome del helicóptero en el que viajaban otras ocho personas, entre ellas su hija Gianna, por lo que Vanessa Bryant, viuda de Kobe, recibió el reconocimiento en compañía de Michael Jordan.
Kobe Bryant y su idolatría a Jordan
Aunque Jordan estuvo presente en el estrado, fue Vanessa quien se llevó las palmas tras un discurso de más de 10 minutos, lapso en el que detalló la idolatría de Kobe hacia Michael, la cual quedó reflejada en ‘The Last Dance’
“Kobe decía: ‘¿Y qué hago con esos fans que ahorraron para venir a verme aunque sea una vez?’ Se acordaba cuando era chico y se sentaba a ver jugar a su jugador favorito”, dijo Vanessa, mientras dirigía la mirada hacia Jordan.
El discurso emotivo de Vanessa Bryant
Vanessa dedicó parte de su discurso para recordar la trayectoria de su esposo, así como los consejos que solía compartir fuera del contexto del basquetbol.
“Él me dijo una vez: ‘Si vas a apostar por alguien, apuesta por ti misma’. Estoy muy contenta de que apostaras por ti mismo porque sobresaliste”, indicó entre las decenas de invitados, entre ellos los otros jugadores inducidos como Tim Duncan y Kevin Garnett.
“Me gustaría que mi marido estuviera aquí para aceptar este increíble premio. Él y Gigi se merecen estar aquí para presenciar esto”, dijo antes de lanzar la frase más emotiva de la ceremonia.
“Lo conseguiste. Ya formas parte del Salón de la Fama. Eres un verdadero campeón”, dijo Vanessa visiblemente emocionada. “No eres solo un MVP, eres un grande de todos los tiempos. Estoy tan orgullosa de ti, te amo y te amaré para siempre”.
Además de Jordan, durante la ceremonia estuvieron presentes las hijas de Kobe y Vanessa: Natalia, Capri y Bianka. De ellas, Natalia fue quien portó el saco rojo con el que a cada inducido se le da la bienvenida como parte del selecto grupo.