Los aficionados a las artes marciales mixtas tenían gran emoción por UFC 200. Aunque el cartel no se puede comparar con que se dio en UFC 100, que sinceramente fue sumamente superior, este evento se pensaba mediáticamente superior.
Sin embargo, los problemas han sido muchos y han provocado que la desilusión se apodere de muchos. Primero, la revancha que jamás se dio entre Conor McGregor y Nate Díaz. Esa pelea se pensaba la estelar pero el conflicto que se dio con el irlandés provocó que se cancelara.
De ahí, el último combate de la noche pasó a ser Daniel Cormier vs Jon ‘Bones’ Jones. Aquí salió otro gran obstáculo: el doping de Jones. Una pelea que prometía bastante ahora quedó fuera.
Antes de todos este relajo, UFC 200 pudo ser un gran espectáculo en la rama femenil. Miesha Tate viene de vencer a Holly Holm y una tercera entrega ante Ronda Rousey pintaba para ser épica. Pero no, se decidió que Amanda Nunes sería la que buscaría quitarle el cinturón a Tate. Sin quitarle nada a la brasileña, no es lo mismo ver un Tate vs Rousey III que su combate.
Las cosas han ido tan mal, que sin ofender a Brock Lesnar y Mark Hunt, su combate pasó a ser el estelar y está bastante flojito. Empezando con que Lesnar tiene cuatro años fuera del MMA y Hunt a sus 42 años, está a un paso del retiro.
Ahora, tenemos un cartel que parece un evento cualquiera. La expectativa era alta y al menos, a unos días del evento, no se han cumplido. Dana White tiene mucho que resolver y pensar para el futuro, porque la UFC ha recibido un fuerte golpe después de todos estos inconvenientes.