Uno de los pocos sobrevivientes del trágico accidente de avión que iba rumbo a Medellín explicó su relato.
Rafael Henzel, periodista brasileño para Radio Oeste Capital se encontraba a bordo de la aeronave que iba hacia Colombia, junto con la mayor parte del equipo del Chapecoense, en su objetivo de ganar la final de la Copa Sudamericana.
Únicamente seis personas de las 77 que estaban dentro de la nave salieron con vida, entre ellos el futbolista Alan Rushell, pero a pesar de eso, Henzel se ha tomado la molestia de hablar en un noticiero colombiano sobre lo que tuvo que pasar en los momentos justos en los que se dio todo el trágico suceso.
Según él, dijo para el Diario Marca que nunca se les indicó que debían ponerse los cinturones de seguridad pues el viaje concluiría en un periodo de 10 minutos. De repente, todo se apagó, los motores sonaron más fuerte y lo último que recuerda es que se estrellaron en una ladera.
Mis piernas estaban atrapadas entre las ramas. Cuando desperté vi a mis dos colegas fallecidos: Renan Agnolin y Djalma Neto.
Desde que estaba consiente lo primero que hizo fue pedir un teléfono para notificarle a su familia que seguía con vida, ya que sabía que dos personas con el nombre de ‘Rafael’ habían sido identificadas, pero uno había perdido la vida.
Aqui na Colômbia e contando as horas para voltar. Há muito pela frente, mas perto da família e dos amigos.
14o dia e exames melhorando.— Rafael Henzel (@rafahenzel) 11 de diciembre de 2016
Su recuperación ahora es de aproximadamente 14 días y desde el hospital mandó un video en el que agradece todos los buenos deseos después del terrible accidente. Él está consiente de que debe superar la adversidad y seguir adelante es su primera opción.
Lo peor y más trágico ya pasó. Ahora lo único que le queda al mundo deportivo es seguir siendo solidario y apoyar al Chapecoense, junto con las víctimas que dejó este terrible suceso. Por ejemplo, Goleiro Follman, uno de los jugadores, también ya ha regresado a Brasil y por el momento se ha descartado la idea de amputarle una pierna.