El equipo de los Tiburones Rojos de Veracruz tiene a un singular personaje como dueño, que literalmente hace lo que quiere dentro y fuera del campo.

Fidel Kuri Grajales ha pasado por alto cualquier situación reglamentaria de la Federación Mexicana de Futbol y a él solo le importa que su escuadra salga adelante… junto con su partido político.

El diputado federal del PRI ha sido uno de los propietarios más desangelados que ha tenido la institución. Ha acumulado una serie de desaciertos extra cancha que lo hunden de manera garrafal cada vez más, entre encuentros cercanos con jugadores hasta ofensas a reporteros, o la más reciente en la que amenaza con llevarse a su cuadro a otra sede.

Fidel Kuri Veracruz

Sí, ustedes dirán que siempre ha pasado una situación similar con los ‘patrones’ que tienen los clubes deportivos. Que hay casos peores como el del América con Emilio Azcárraga o el de Jorge Vergara con Chivas, quienes también solo se dedican a desfigurar a sus conjuntos, pero en el caso particular de los escualos hay que remontarnos al año en que comenzaron a ser ‘parte del gobierno’. Esto solo para permitir que finísimos y destacados figuras políticas se dedicaran a transformar su asociación para tener un lugar en las canchas.

Cuauhtémoc Blanco Veracruz

Corría el año 2005 y los Tiburones Rojos de Veracruz disputaban el Torneo Clausura. La afición extrañaba y lamentaba la partida de Cuauhtémoc Blanco, ídolo que había pisado el césped del Luis ‘Pirata’ Fuente en la campaña anterior, pero que había salido cabizbajo después de terminar en el liderato general sin obtener el campeonato a cambio.

Pese a tener algunos jugadores de renombre, luego de una serie de ‘errores administrativos’ por parte del empresario taurino Rafael Herrerías Olea, la dirección del entonces Gobernador del Estado de Veracruz, el priísta Fidel Herrera Beltrán, decidió recuperar todas las acciones del deportivo y hacerlas totalmente suyas, ya que estaban asociadas a un 80 por ciento con el mencionado hombre de negocios.

De esta forma, la línea de los escualos nuevamente pasó a ser parte del Gobierno Estatal de Veracruz en un ciento por ciento, junto con el equipo que se encontraba en la Segunda División y demás afiliaciones que pertenecían a la marca. Esta nueva administración permitió que políticos y media calaña más tuvieran todo abierto para que se encargaran del pastel completo y modificaran las tácticas que tendría el equipo para mejorar los resultados hacia el futuro, pero nada de esto pasó.

Sin más, estos personajes con más desconocimiento sobre el futbol que nada, empezaron con la limpia de la plantilla. Elementos como Christian ‘Chaco’ Giménez, Walter ‘Lorito’ Jiménez, Kleber Boas o Pablo Quatrocchi fueron puestos a la venta y rápidamente fueron adquiridos por otras escuadras de la liga, que supieron aprovecharse fácilmente de la situación.

Veracruz a la salida

Nada de lo que se hacía -o deshacía- cambiaba las cosas dentro de la institución jarocha y su esquema administrativo y futbolístico iba en picada. Lo único que quedaba intacto eran las deudas que dejaron todos los que tuvieron su parte. El tiempo pasaba y simplemente veían como el proyecto se caía en múltiples pedazos, hasta que les tocó jugar en la Primera A.

Pero no todo estaba perdido, ya que el cambio sexenal apareció y Herrera Beltrán no tuvo más remedio que pasarle la bolita a Javier Duarte, nuevo y flamante representante del pueblo veracruzano.

Todo quedó todo en las manos de Fidel Kuri y en un audaz movimiento de negocios hecho en 2013 (bien atinado el señor), la franquicia de Albinegros de Orizaba, que también era parte del Estado, era intercambiada a la Liga MX por Reboceros de la Piedad, con lo que Tiburones Rojos podría empezar desde cero y sin adeudos una nueva etapa en el máximo circuito.

Finalmente, hasta el momento hemos visto una sola cosa  que es recurrente dentro de todos estos años: la mala gestión que se ha visto reflejada en una zaga que no hace tanto, tuvo momentos de gloria. El paso de los rojos sigue complicado, pues actualmente tienen el lugar número 16 de la tabla general tras 12 partidos jugados, con sólo dos victorias y siete derrotas. Además, son penúltimo lugar de la porcentual y están a una mala racha de descender.

La lección está más que aprendida: cuando se trata de futbol y política, los más mínimos errores cuestan muy caro.

*** Edgar Sánchez
**Fotos MexSport

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