¿Se acuerdan cuando se sentaban un sábado por la tarde a ver televisión y siempre veían las mismas películas? Había de todo, desde dibujos animados hasta “Rambo“, algunas películas que nunca fueron tan buenas y por tanta repetición logramos llegar a quererlas, pero hubo otras como The Sandlot o mejor conocida en México como Nuestra Pandilla que se robaron el corazón de niños y no tan niños con la historia que cuenta las aventuras de un grupo de amigos durante un verano sesentero y su amor por el beisbol.
La película es narrada desde la perspectiva de Scotty Smalls, el nuevo de la colonia que no sabía jugar beisbol y no encajaba con la pandilla beisbolera de la cuadra. Es justo en ese momento en el que nos presentan a Benny Rodriguez, el líder del grupo, el mejor bat, guante y velocista por las bases de la novena juvenil; de hecho es él quién enseña a Smalls a jugar beisbol.
The Jet Rodriguez se volvió un ídolo cinematográfico para mí, era el cuate que todo mundo quería tener, o mejor aún, era el amigo que yo quería ser para mis cuates, un líder dentro y fuera del diamante, siempre viendo por los demás y arriesgando el pellejo por los suyos.
Cuando termina el verano hay un lapso de tiempo en el que no sabemos qué pasa con toda la pandilla pero al final de la película podemos ver que Benny terminó jugando para los Dodgers y que Smalls es el narrador de los juegos del equipo angelino. Tal vez no sea el final más espectacular, pero sí uno de los más conmovedores.
No les haré el cuento largo, tampoco estoy aquí para analizar la película, por favor no quiero reclamos por spoilear por que han tenido 24 años para ver la película y si no lo han hecho, la pueden encontrar en Netflix. Recuerden que hoy inicia la Serie Mundial en la que se enfrentan los Dodgers (sin The Jet Rodriguez) contra los Astros. ¿Con quién van?