El día de mañana se jugará el Pro Bowl, partido que se supone junta a lo mejor de lo mejor en la NFL. Sin embargo, por varias razones los jugadores han dejado de tomar esto como un honor y se ha convertido en algo tedioso.
Para esta edición se votaron a 86 jugadores, pero en realidad ya son 136 los que fueron considerados por la ausencia de algunos. Lesiones menores y hasta cansancio son los ‘pretextos’ de algunos para no asistir.
Un ejemplo claro es Jameis Winston, quien tuvo una temporada decente para ser novato. Empero, sus números ni récord deberían de ser considerados para este partido. El problema es que Tom Brady no participará y el QB de los Buccaneers ahora será su sustituto.
Además, los participantes del Super Bowl no van al partido. Si vamos con la lógica, son los dos mejores equipos de la liga y por lo tanto, mucho talento que no estará en Hawaii.
Desafortunadamente, los tiempos de antaño eran mejor para el Pro Bowl. Los jugadores tomaban más en serio este honor. Tan sólo hay que recordar a Jack Youngblood quien participó en este partido en 1980 con la pierna rota.
Para la mala fortuna de los aficionados a esta liga, este partido ha perdido interés. El último buen recuerdo que podríamos tener es el golpe que Sean Taylor le dio al pateador Brian Norman. El Pro Bowl ya no vale la pena.
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