Es una semana especial; el fin se viene uno de los partidos más esperados del año: Barcelona contra Real Madrid.
El Clásico de España siempre mueve pasiones, y esta ocasión no es la excepción. Sin embargo, más allá de colores, historias, triunfos y rivalidades, el clásico español también se distingue por sacar de entre las piedras a esos seres que se sienten superiores por el simple hecho de irle a un equipo de fútbol.
¿Les ha pasado?
¡Visca Barca!, ¡Halá Madrid! No podemos evitar percatarnos de que por muy diferentes que se asuman, los fanáticos del Real Madrid y Barcelona son mucho más parecidos de lo que creen.
Un claro ejemplo es el típico carnal al que en plena semana del clásico le comienza a salir un acento español para referirse al partido, aunque su acta de nacimiento diga claramente que nacieron en el antes llamado Distrito Federal.
Otro ejemplo extremo, son los que utilizan vocablos catalanes, justificándose con que su tataratatarabuelo llegó a México desde tierras ibéricas y por eso este sentimiento tan arraigado.
Otro característico comportamiento de estos seres, es que no importa si son del Real Madrid o del Barcelona, los dos lloriquean por igual para quejarse de la manera en la que los árbitros ayudan al otro equipo: Los culés dicen que a Cristiano Ronaldo le regalan penales, los merengues que a los blaugranas les perdonan tarjetas o agregan mucho tiempo cuando van perdiendo….
Y por si fuera poco, es bien raro porque de la nada, hay algunos “aficionados” que únicamente salen a relucir por estas fechas. Nadie sabe cómo y por qué pero nunca hablan de los resultados contra otros rivales como el Granada, Sevilla o Valencia, sino que son los clásicos villamelones que desaparecen todo el año y cuando es hora de enfrentarse salen hasta por debajo de las piedras. Su problema se presenta cuando les preguntas por Di Stéfano, Samper o ya de perdida por el ‘Iniestazo’ porque ahí de plano no sabrán contestar.
También se burlan mucho entre ellos de las modas que impone cada una de sus figuras, pero la verdad los dos los siguen. Los muchachos del Madrid se cortan el cabello como Cristiano Ronaldo aunque tengan el cabello como ‘Nacho’ Ambríz. Mientras, los chavos del Barcelona se lo pintan de güero como Messi y se dejaron la barba aunque tengan tres pelos en las mejillas.
Finalmente, va la cruda realidad: son pesados a más no poder. Jamás escucharás un comentario de estos aficionados que no vaya con intención de molestar al otro. Y hasta los que no tienen nada que ver en la conversación salen embarrados.
No importa de qué equipo sean, los fanáticos del Barcelona y Real Madrid ¡los separaron al nacer!
***Fotos Getty Images
