En pleno Día Internacional de la Mujer, la Selección Femenil de Estados Unidos ha puesto a la US Soccer en el ojo del huracán al demandarla por discriminación.
Lo que debe preocupar a la US Soccer, es que la demanda la lideran grandes referentes. Tales como Carli Lloyd, Megan Rapinoe y Alex Morgan. Mediante un texto, que firmaron las 28 futbolistas que integran la Selección Femenil de Estados Unidos, se exige igualdad salarial.
La denuncia fue presentada de forma oficial en un juzgado federal de Los Angeles. Anteriormente la US Soccer y la femenil habían llegado a un acuerdo para aumentar el salario de las jugadoras. Sin embargo, al ver el plazo vencido y no tener ningún avance, han decidido tomar acciones legales.
Y es que la demanda va más allá de lo económico. Las quejas abarcan los lugares en los que entrenan. El tiempo y la forma en las que lo hacen. Tratamiento médico y hasta el transporte. Las condiciones son muy pobres, respecto a lo que se le proporciona al equipo varonil.
En la demanda las jugadores incluyen una compensación por daños y perjuicios. Misma que ascendería a varios millones de dólares, según lo que calcula The New York Times.
El trato que recibe la Selección Femenil de Estados Unidos es realmente cuestionable. Son las actuales campeonas, al haber conquistado la Copa del Mundo de Canadá 2019. A diferencia del conjunto varonil que no sólo no es campeón, sino que ni siquiera fue al Mundial de Rusia 2018.
No es la primera vez que la US Soccer se enfrenta a una demanda similar. En 2016 fueron sólo cinco las jugadoras las que presentaron una demanda por discriminación salarial. En aquel entonces se pudo descubrir que las jugadores percibían 72 mil dólares de salario base anualmente, así como bonos que nunca superaban los mil 350 dólares.
A diferencia de los hombres que no sólo no tenían un salario fijo, sino que recibían 5 mil dólares por cada partido amistoso que disputan. Si logran ganarlo, reciben 17 mil 625 dólares. Una estratósferica diferencia del 40 por ciento.