En la Copa del Mundo de México 1986, la Selección Argentina logró levantar por segunda ocasión el trofeo que adjudica a las escuadras nacionales como la mejor del planeta. Con un Diego Armando Maradona en un momento inmejorable, la albiceleste protagonizó y dominó por completo el torneo.
En el campeonato del ’86, el entonces capitán argentino otorgó dos de los goles más polémicos y reconocidos de la historia. En el partido frente a Inglaterra, D10S utilizó la mano para rematar un servicio dirigido a él, pero al ver que no llegaba con la cabeza, estiró su extremidad para vencer al arquero inglés. El juez de línea no vio la acción y validó la anotación. Cuatro minutos después, Maradona se quitó a 7 jugadores británicos, incluyendo el portero, para crear una genialidad.
El conjunto sudamericano se convirtió en el finalista de aquél torneo al vencer en Semifinales a Bélgica. Su rival era Alemania Federal, quien derrotó a Francia en la antesala del último encuentro del campeonato. El 29 de junio en el Estadio Azteca se jugó uno de los encuentros más interesantes de esta instancia en los campeonatos mundiales.
Al minuto 23, los albicelestes se fueron al frente en el marcador, pero no fue Diego el que anotó en esta ocasión. José Luis Brown, defensa central argentino remató tras la mala salida del arquero alemán Schumacher. El guardameta teutón se mostró seguro después del gol, pero al minuto 56, Jorge Valdano empujó el esférico al fondo de las redes para poner el dos a cero.
Los siguientes minutos fueron totalmente a favor de los europeos, quienes al 74 se acercaron gracias al gol de Karl-Heinz Rummenigge. A 9 de finalizar el tiempo regular, el tanto salvador de Rudi Voeller emparejó los cartones. Una anotación prácticamente igual a la anterior, por lo cual el capitán albiceleste se mostró fúrico por la mala actuación de su defensa.
Con 6 minutos restantes en el reloj, Diego sacó a flote a su equipo. Un pase suyo a su compañero Jorge Burruchaga le bastó para que el 7 argentino definiera solo frente al guardameta alemán. El tres a dos fue definitivo y Argentina levantó su segunda Copa del Mundo.