Por Miguel Ángel Delucio | @miguel_delucio

La NBA en México tiene muchos años viniendo y es un espectáculo grandioso. Eso sí, son pocas veces que (5 anteriormente) que son encuentros de temporada regular y esto le suma aún más.

Para esta ocasión volvieron a ser dos juegos, pero uno en especial traía diferente sabor. Este jueves la organización nos trajo al espectáculo llamado Russell Westbrook. El base es el actual MVP de la y uno de los más talentosos y dinámicos de toda la liga.

Sí, la Arena Ciudad de México fue el escenario del show de Mr. Triple-Doble y sí, la gente lo supo valorar. A pesar de que los Nets eran los locales en el papel, pero desde que entrabas al recinto se podía sentir en el aire a Russ.

La mayoría venía del Thunder y con un solo jersey, con el de Westbrook. Sudaderas, gorras, playeras y todo lo que te podías encontrar de souvenirs de la estrella. Claro, había personas con equipación de Brooklyn, pero no hay duda que la casa era del base.

Comenzó el juego y esos jerseys se convirtieron en un coro. Al unísono la arena gritaba” MVP, MVP, MVP” cada que Russell apenas se acercaba al balón.

Y él lo compensaba con juego, con gran juego y un nivel que parece sobre humano. Hay atletas que hacen que todo parezca fácil, tan sencillo que hasta piensas que tú lo podrías hacer (obviamente ni de chiste nos sale) y el californiano lo logra.

Es gracioso ver cómo parece suspenderse en el aire. Cuando brinca parece que flota algunos segundos y de ahí saca su tiro desde la mejor posición posible. La agilidad que maneja es de un gimnasta olímpico, pues se nota que está a un nivel totalmente diferente a toda la demás plantilla, hasta por arriba de Carmelo Anthony. Y por si fuera poco velocidad digna de cualquier persona que intentara los 100 metros planos. En pocas palabras es un fenómeno físicamente.

Y a esas habilidades hay que sumarle una actitud ganadora. Se nota desde las gradas como lidera al equipo, todas las pelotas pasan por él. Es el mandamás de este Thunder y como dicen por ahí tiene mucho swag.

Y con tantas flores que le echamos, los números lo respaldaron.

20,562 vieron a Melo gritar “Shakalaka” a la hora de tomar un rebote. Todos vieron un juego muy cerrado, pero pagaron la entrada y valió cada peso para ver a Russell Westbrook.

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