Rosa María Guerrero cumplió su objetivo en Tokio 2020. La mexicana se convirtió en medallista en sus primeros Juegos Paralímpicos, tras conquistar el bronce en la prueba de lanzamiento de disco, medalla que refrendó en París 2024.
Guerrero es originaria de Mazatlán, Sinaloa. Nació el 30 de noviembre de 1984, de modo que asistió a Tokio 2020 a la edad de 36 años, sólo cinco años después de incursionar en el para atletismo.
Una enfermedad alejó a Rosa María Guerrero del futbol
El deporte siempre ha estado presente en su vida y el que más practicaba era el futbol, sin embargo, en 2010 fue diagnosticada con una enfermedad que le provocó paraplejía, sin embargo, se negó a alejarse del deporte.
Ya con un dominio sobre su silla de ruedas, Rosa María comenzó a practicar basquetbol, aunque su destino estaba realmente en el paratletismo y el entrenador Iván Rodríguez fue quien la guió.
Cinco años de disciplina y esfuerzo para cumplir un sueño
Fue después de los Juegos Paralímpicos de Río 2016 cuando comenzó su camino en el lanzamiento de disco, después de conocer al equipo brasileño de para atletismo. “Me gusta mucho lo que hago. Me gusta mucho el deporte y he disfrutado mucho del atletismo de campo desde que empecé”.
Desde que comenzó en esta disciplina se destacó, de modo que en 2019 ganó la medalla de oro en los Juegos Parapanamericanos de Lima, dos años antes del bronce en el Campeonato Mundial de Londres, en 2017.
Estos logros le valieron el Premio Estatal de Deportes en Sinaloa, tanto en 2017 y 2019..
“Hay que disfrutar esta medalla y disfrutarme a mí, de lo que he logrado. Aquí estoy, con la frente en alto, diciéndome a mí misma ¡Felicidades, lo lograste!”, dijo después de su competencia en París 2024.