Roman Abramovich está en limbo. El dueño del Chelsea es ruso, tiene la nacionalidad israelí, pero quiere la visa de Reino Unido, para poder vender al equipo azul. Todo comenzó el pasado 19 de mayo, cuando el ruso se disponía a viajar hasta Wembley para poder ver en directo la final de la FA Cup entre su equipo y el Manchester United.
Fue en ese momento cuando descubrió que su visado había caducado y que Reino Unido había decidido no renovarlo: ¿el motivo? Las tensiones entre Rusia y el país británico por el envenenamiento del espía Sergei Skripal han provocado una guerra diplomática en la que se ha visto afectado.
Con el paso de los días, y ante la falta de respuesta por parte de las autoridades de Gran Bretaña, Abramovich decidió llevar a cabo una maniobra, cuanto menos, sorprendente: solicitó la ciudadanía Israelí, para poder entrar de nuevo en Reino Unido.
Roman Abramovich, ¿una amenaza para la seguridad pública?
El propietario del Chelsea, según informa The Guardian, está siendo investigado por la policía de Suiza por: “sospecha de lavado de dinero y presuntos contactos con organizaciones delictivas”.
Abramovich, quería trasladarse en 2016 a la exclusiva localidad de Verbier, en el cantón suizo de Valais, fue en ese momento cuando la policía planteó una serie de preocupaciones a la Secretaría de Migración.
Según Tamedia, -empresa de medios de comunicación con sede en Zúrich-, la policía informó que Abramovich era conocido por “sospechas de lavado de dinero y presuntos contactos con organizaciones delictivas”, además de que había razones para creer que “los activos del solicitante son al menos parcialmente de origen ilegal”.
¿Chelsea está en venta?
Según el portal Bloomberg, el magnate ruso quiere vender el equipo de Londres, pero no encuentra todavía al comprador o compradora que pueda cumplir con el precio.
El empresario ya habría rechazado una propuesta de compra cercana a los 2.300 millones de euros, debido a pretende, por lo menos, 3.350 millones de la misma moneda, algo así como 3.000 millones de libras.