El tenis despertó ayer con la sorpresa de una sospecha de amaño de partidos, la cual implicaría a una decena de jugadores Top 50 quienes se habrían dejado perder para verse beneficiados por las casas de apuestas, aunque en lo deportivo la sorpresa la ha dado Rafael Nadal y su pronta eliminación del Australian Open.
Con nuevos bríos el mallorquín encaró su primer encuentro frente a Fernando Verdasco, un duelo de españoles que pintaba para que Rafa avanzara con tranquilidad y comenzara a escalar, pero no fue así, y tal como le sucedió en Wimbledon en el 2013, se quedó fuera de primeras.
Después de cuatro horas y 41 minutos de juego, la pizarra marcó un 7-6, 4-6, 3-6, 7-6 y 6-2 en favor de Verdasco, quien a pesar de perder dos sets seguidos luego de adelantarse en tie break, se sobrepuso y en cinco dejó fuera a su compatriota para consolidar la primer, y posiblemente única, sorpresa del torneo de Melbourne.
Sí, Nadal, tu derrota es dolorosa, duele al tenis, duele a los millones de fanáticos que tienes alrededor del mundo, esos que aún creen en ti y esperan volver a ver a ese hombre con garra, con hambre de triunfo, ese que le daba pelea a Roger Federer en un duelo de fuerza contra clase.
Nadal se ha ido del Australian Open con la cabeza abajo, tuvo enfrente a un rival que está entre los mejores 50 del mundo y pese a su posición en el ránking de la ATP no pudo demostrar con esa izquierda prodigiosa de lo que es capaz.