No, no es el pelón de Brazzers, ni el Chelis, ni Dr. Evil, aunque no negamos el parecido. Gianni Infantino acaba de ganar las elecciones de para la presidencia de la FIFA y por eso, habría que conocerlo un poco mejor.

El ahora mero mero de la organización de futbol nació el 23 de marzo de 1970 en Brig, Suiza. Con orígenes italianos, Infantino estudió leyes en la Universidad de Fribourg. Sin embargo, jamás fungió como abogado y siempre estuvo conectado al deporte.

Antes de ser funcionario en la UEFA, trabajó en la Universidad de Neuchatel como Secretario General del Centro Internacional de Estudios Deportivos. Llegó en al organismo europeo en el 2000, en cuestiones legales y comerciales del futbol. Fue nombrado Director de Asuntos Jurídicos y Licencias de las Divisiones de Clubes en 2004 y tres años más tarde, fue ascendido a Secretario General.

Así es, probablemente lo recuerdas por ser esa persona en los sorteos de la Champions League. Ese individuo que ha decidido el destino de tu equipo con su mano.

En octubre del 2015, tras tener el respaldo del Comité Ejecutivo de la UEFA, se postuló como candidato a la presidencia de la FIFA. Cuatro meses más tarde, ganó en la segunda ronda de las votaciones con 115 dirigentes a su favor.

La propuesta más llamativa fue un Mundial con 40 países participantes. Algo que a muchos no les pareció y por lo tanto, no pintaba como favorito. Además, de todos los  candidatos era el que más negativas tenía. Así, se dicen en los oscuros mundos de la política que había acuerdos entre Blatter y Platini para que él fuera el indicado.

Ahora tendrá hasta el 2019 para demostrar que la FIFA merece una segunda oportunidad y ganar de nuevo la credibilidad del mundo entero. Gianni Infantino podría ser la piedra angular para un nuevo inicio o la continuación de un mal que ha aquejado al futbol por generaciones.

***Gráfica de El Economista

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