Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11
Uno de los argumentos de la directiva de los Pumas para darle las gracias a Darío Verón (en dos meses cumple 38 años) y Alejandro Palacios (36 años), fue que apostarán por sus futbolistas de fuerzas básicas, con el objetivo de rejuvenecer al plantel.
La pregunta es: ¿cuáles fuerzas básicas, cuál cantera?
Más allá de cuestionar si es justa o no la salida de Darío Verón, un símbolo de la institución que ciertamente tenía un par de torneos con una baja de juego considerable, el motivo que ofrece la directiva universitaria es irrisorio.
No existe la cantera de los Pumas, no existen las fuerzas básicas, o ¿quiénes son, dónde están?
¿Con Jesús Gallardo, quien ciertamente tiene potencial y talento, se resuelve todo?
¿Javier Cortés? Tiene 27 años, no pasa nada con él desde hace mucho tiempo y su nivel hoy en día es muy pobre. Pero con Palencia siempre es titular sí o sí.
¿Josecarlos Van Rankin? Basta decir que es inexplicable que juegue en Primera División. ¿Alfredo Saldívar? Recibió la titularidad este torneo y sus errores fueron determinantes para que el club no clasificara a la Liguilla.
¿Quién más: Kevin Escamilla, José Antonio García, Érik Vera, Pablo Jáquez, Alan Mendoza, Luis Quintana? Cuentos.
La cantera de los Pumas NO existe, está muerta desde hace años y esto se refleja incluso en Selección Mexicana, pues han pasado distintos técnicos y salvo Jesús Gallardo con Juan Carlos Osorio, no hay otro futbolista de Universidad ni siquiera convocado, ya no digamos titular en el equipo nacional.
La medianía de los Pumas suele juzgarse con mucha suavidad debido a pretextos históricos que han servido como escudo a este equipo, y el de revivir su cantera es el ejemplo más claro desde hace algún tiempo.
A menos que tengan en la Sub 15, Sub 17 o Sub 20 a un ‘Chucky’ Lozano, Erik Gutiérrez o por lo menos a un Diego Laínez, y los tengan tan bien guardados al grado de que Francisco Palencia no los haya debutado, no se entiende de qué fuerzas básicas habla Sergio Egea, vicepresidente del club.
Porque tampoco en sus dos torneos al frente de los Universitarios Juan Francisco Palencia se ha cansado de debutar jóvenes…
Han sido solo cuatro los futbolistas que han recibido la oportunidad en un año.
Alan Mendoza, canterano auriazul que ya había debutado y jugado en el Ascenso; es decir, ya era un futbolista con cierto recorrido. Volvió para ocupar el lugar que dejó vacante Luis Fuentes en la lateral izquierda.
Pablo Jáquez, defensa central que debutó por la lesión de Gerardo Alcoba, se hablan muy buenas cosas sobre él pero hasta ahora no ha refrendado esos elogios.
El torneo pasado volvió a México Santiago Palacios, un joven formado en Pumas que estaba probando suerte en Holanda (Tercera División), pero que desde su regreso ha visto escasos minutos.
Finalmente Claudio Zamudio, un chico que tiene habilidad, juega pegado a la banda, recibió algunos minutos, pero hasta ahí.
Reitero la pregunta, señores Sergio Egea y Rodrigo Ares de Parga: ¿Cuáles fuerzas básicas?
Entre “vamos a revivir a la cantera, tuvimos varios lesionados este torneo, y no podemos prometer títulos, si no trabajo”, Pumas fue el penúltimo lugar general, la peor defensiva solo arriba del descendido Jaguares, y cerró la campaña con seis partidos sin ganar, cinco de ellos derrotas y tres en CU.
Si con el golpe de realidad de estas estadísticas, el pobre futbol desplegado a lo largo del torneo, y el fracaso de quedar solo arriba de Puebla, pues hasta el descendido Chiapas se ubicó mejor en la tabla, la directiva felina solo atina a anunciar de nueva cuenta que apostarán por sus fuerzas básicas, ya se sabe qué puede esperarse en la siguiente campaña.
Basta de cuentos, señores Ares de Parga y Egea: si realmente quieren debutar jóvenes deben estar arropados y para ello necesitan refuerzos de calidad, no de medio pelo.
Y no salgan con el pretexto de que no hay dinero porque tan solo por Ismael Sosa y Luis Fuentes ingresaron alrededor de 10 millones de dólares.
Se van Verón y Pikolín, sí, pero con ello no se soluciona nada, salvo reducir la nómina.
