No han pasado ni dos semanas de que terminaron los peores playoffs en la historia reciente de la NBA y nos reciben con esta noticia, o sea apenas llegamos y ya están lloviendo… golpazos. Ahora resulta que luego de ser humillados por los Golden State Warriors en las pasadas Finales los Cleveland Cavaliers estarían pensando en contratar a Carmelo Anthony y Paul George para hacerle frente a los californianos.
Carmelo gana una millonada y aún le resta un año de contrato con los NY Knicks, pero está claro que el jugador no entra en el proyecto del equipo y que su relación con Phil Jackson no es la mejor. Melo es amigo de LeBron James y al Rey le gusta tener a sus amigos en los equipos en los que juega (sino pregúntenle a James Jones). Cleveland no tiene mucho qué ofrecer por Carmelo (dieron su resto en e traspaso de Kyle Korver) pero para como están las cosas en Nueva York si les dan a JR Smith y una selección del de segunda ronda del draft de 2025 o algo así, los Knicks aceptarán el trato con tal de no pagarle el dineral que le siguen pagando a Melo y de no dejarlo ir gratis en 2018.
Por otra parte, todo indica que Paul George no renovará con los Indiana Pacers y aunque el jugador ha sido vinculado con los LA Lakers es una realidad que de lo que más adolece Cleveland es de un hombre que pueda jugar de escolta y alero. George es agente libre restringido por lo que Indiana tiene la posibilidad de igualar cualquier contrato que otro equipo le ofrezca al jugador, pero es obvio que George ya no quiere seguir con los Pacers así que si no lo cambian ahorita se irá sin que el equipo reciba nada cambio.
Ante tales situaciones los rumores sobre que Carmelo Anthony y Paul George firmarán con Cleveland no se han hecho esperar, después de todo los Cavs podrían cambiar a JR Smith, Kevin Love y Richard Jefferson y harían espacio para contratar a Melo y George pagando ese enorme impuesto de lujo (un dólar por cada dólar que te excedas del tope salarial).
Es decir que un posible quinteto inicial de Cleveland para la siguiente campaña sería con Kyrie Irving como base, Paul George como escolta, Carmelo Anthony como alero, LeBron James como ala-pívot y Tristan Thompson como poste. Un auténtico trabuco quizás sólo superado por el de los Warriors. Es más ni si quiera si los Celtics firman a Blake Griffin o Gordon Hayward podrían competirle a los Cavs.
Estos rumores de inmediato nos ponen a pensar sobre el futuro inmediato de la NBA. Es obvio que la liga se ve afectada, vamos quién tiene ganas de ver de nuevo una postemporada cómo la anterior donde dos equipos arrasan en sus Conferencias, aunque al menos en teoría las finales estarían parejas.
Se supone que el tope salarial existe para dos cosas: evitar la inflación en los sueldos de por sí exhorbitantes e impedir que los equipos con mayor poder adquisitivo sean siempre los que se queden con los mejores jugadores. Si el tope no existiera hace años que los Lakers habrían salido del hoyo en el que están pues son una franquicia millonaria, pero no ha sido así.

Los Cavs pagan un impuesto de lujo y si movieron montañas para traer a Kyle Korver no sería de sorprender que ahora muevan cielo mar y tierra para firmar a Paul George y Carmelo Anthony. Los Warriors pudieron conformar su actual equipo gracias a que Stephen Curry gana una bicoca porque firmó su actual contrato después de lastimarse la rodilla.
El asunto es que salvo en las Finales lo más probable es que la NBA sufra in increíble declive en sus ratings, así como le pasó a la NFL cuando empezó a prohibir celebraciones, pues le estaban quitando lo divertido al juego. Un super equipo es un accidente, dos super equipos equilibran las cosas pero significan que la liga no está haciendo bien su trabajo.