En una entrega más de los grandiosos recuerdos que da la Premier League, vamos a hacer memoria con un jugador que nos dio de qué hablar dentro y fuera de la cancha. Estamos pensando obviamente en Paul Gascoigne.
El centrocampista inglés fue uno de los jugadores que vivió la transición y el nacimiento de la nueva liga, la Premier. Era un símbolo por su estilo de juego muy completo, pero los escándalos jamás lo dejaron en paz.
Sus inicios
Comenzó su carrera profesionalmente en 1985. Con el Newcastle formó una base para que las Urracas fueran de los equipos más competitivos de la época, aunque se le negó el título.
A los tres años de su debut fue llamado a la Selección de Inglaterra, donde destacó y se convirtió en un habitual del equipo. Era un ídolo en toda la extensión de la palabra para los ingleses y para su club. Tanto que fue elegido al Mejor XI del Mundial de Italia 1990.
Mediocampista de corte ofensivo, siempre iba al frente y se sumaba al ataque casi como delantero. Además, podía recuperar balones y asistir a sus compañeros. Así, fue un revolucionario que le valió su pase al Tottenham donde también brillaría y nacería la Gazzamanía.
El atrevimiento
Gascoigne fue uno de los primeros británicos en toda la historia en jugar fuera de la isla. Justo en cuando comenzó la Premier él se fue a jugar a la Serie A, con la Lazio. Claro, Paul después regresaría a casa.
En ese entonces el club italiano pagó una cantidad que ahora parecen chicles. Fueron 7.5 millones de euros los que desembolsaron las Águilas para hacerse de sus servicios.
En el Calcio mostró potencial, aunque ya comenzaba los problemas de disciplina y sobrepeso. Aún así, con su peculiar forma de ser se ganó a la afición que hasta la fecha lo recuerda con gran cariño.
Después de tres temporadas, todas a la baja, terminó regresan a la isla.
El declive
Como siempre, el padre tiempo no perdona. Cuando volvió a Gran Bretaña fue para jugar con el Glasgow Rangers. Lo hizo de manera espectacular y hasta fue nombrado el mejor de la liga escocesa.
Empero, los problemas seguían y la prensa sensacionalista ya lo tenía en la mira. Los años pasaban, sus polémicas crecían y su nivel iba en sentido contrario.
Después de Escocia regresó a la Premier con el Middlesbrough, pero compraron más un recuerdo que un jugador con talento. En tres temporadas apenas jugó 41 partidos y de ahí deambuló por el futbol.
Bebía de manera descomunal, estuvo involucrado en peleas de bar y finalmente, en 2005 decidió decir adiós a las canchas. Ahí fue cuando la caída fue total, los vicios casi lo matan y lo vimos como un ídolo caído. Desde golpear a un fotógrafo hasta meterlo a una clínica de rehabilitación.
Así, la figura inglesa está buscando salir, pero hasta la fecha seguimos esperando su recuperación total.