Lo que necesitas saber:
En los Juegos Olímpicos de París 1924, participaron 3089 hombres, y solo 135 mujeres.
La presencia de las mujeres en la historia de los Juegos Olímpicos no se entendería sin la lucha incansable de Alice Millat. Ella no solo enfrentó al Comité Olímpico Internacional, también ganó la batalla para tener más apertura en la participación de las mujeres en más disciplinas.
En la edición de París 1924, la participación de las atletas femeniles estaba limitada a un par de disciplinas. En caso de los varones, tenían la oportunidad indiscutida de participar en todas.
Y eso se debía, en gran parte, a que Pierre de Coubertin, impulsor y creador de los Juegos Olímpicos, veía ‘innecesaria’ la presencia de mujeres en el torneo.
La negativa de los Juegos Olímpicos sobre la participación femenil
Durante gran parte de la historia, las mujeres han tenido que luchar por sus derechos y el deporte no es la excepción. En 1894, se creó el Comité Olímpico Internacional, lo que permitió traer de vuelta los Juegos Olímpicos. Gracias al interés de Pierre de Coubertin, un pedagogo e historiador de origen francés que era gran amante de los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia.
Y aunque su iniciativa representó un gran paso para el deporte mundial, su postura sobre la participación de las mujeres era firme. Las consideraba como innecesarias, poco interesantes, en pocas palabras, no tenía intención de invitarlas ni abrirles más espacios de participación en ‘sus juegos’.
“En cuanto a la admisión de mujeres en los Juegos, sigo estando rotundamente en contra. Es poco práctico, poco interesante, poco agraciado y, no dudo en añadir, inapropiado” dijo Coubertin.
En los Juegos Olímpicos de París 1924 hubo un total de 3089 hombres, mientras que, solo 135 mujeres tuvieron la oportunidad de participar en un par de disciplinas; natación y tenis.
El desafío de Alice Millat contra los Juegos Olímpicos
Para Coubertin, lo más valioso que las mujeres podían aportar al deporte, era el ‘aplauso’ desde las gradas. Esa postura negativa y el deseo ferviente que tenía Alice Millat de ver a mujeres participando en los Juegos Olímpicos, le dieron razones para comenzar con su lucha.
De cara a la edición de 1920, Millat propuso la participación de atletas femeniles en disciplinas como el futbol y hasta el rugby. Lamentablemente, lo único que recibió fue una negativa.
Así que decidió fundar la Federación Internacional Femenil del Deporte y con ella inauguró las Olimpiadas Femeniles en 1922 en París. Solo dos años antes de los Juegos Olímpicos de 1924, contó con la participación de 77 atletas, la presencia de unos 20 mil espectadores y periodistas que acudieron a cubrir el evento.
El hecho de que Alice usará el término ‘Olimpiadas’ causó cierta incomodidad en el COI, ya que no era la forma correcta de referirse a los Juegos. Alice lo sabía y por eso lo usó durante las tres ediciones siguientes. Suecia 1926, Praga 1930 y Londres 1934.
El COI cedió ante la Alice Millat
Ante la fuerza que tomaban las Olimpiadas Femeniles, el COI acordó con Alice ampliar la presencia de las mujeres a cinco disciplinas para la edición de Ámsterdam 1928 con la única condición de que dejará de usar la palabra ‘Olimpiadas’. En ese mismo año, Millat fue elegida como la primera mujer en un jurado olímpico
Sin embargo, la sociedad de aquel entonces, se escandalizó cuando las mujeres rompieron los récords en la prueba de los 800 mts de atletismo. Consideraban que era un esfuerzo sobre humano el que hacían para alcanzar esas velocidades, así que tuvieron prohibido volver a participar en esa categoría hasta 1960.
Presencia de mujeres en Juegos Olímpicos
Todo el camino que las mujeres habían avanzado, lideradas por Millat, tuvo que detenerse por la Segunda Guerra Mundial, ya que los Juegos Olímpicos de 1940 y 1944 fueron cancelados. Para cuando el mundo ‘volvió’ a la normalidad, el control de los hombres dentro del COI y cada Federación era aún mayor.
De nueva cuenta su presencia se mantuvo limitada a unas cuantas disciplinas, aquellas consideradas adecuadas y femeninas, como la gimnasia. Alice falleció en 1957, sin la oportunidad de ver la participación equitativa que tanto buscaba, y eso no sucedió de inmediato.
Aunque actualmente estamos acostumbrados a ver a deportistas como mexicanas como Alejandra Valencia, Alejandra Orozco, Daniela Souza o internacionales como Simone Biles, Yulimar Rojas o Cindy Ngamba, en París 2024 es la primera vez que el número de atletas será equitativo, de los 10,500 atletas olímpicos, la mitad serán hombres y la otra mitad mujeres.
Por ejemplo, en la edición de 1960, fueron unos 5,338 deportistas, de los cuales solo 611 fueron mujeres. En México 1968 la historia fue similar con solo 781 en comparación a los 4.735 hombres.
La distancia comenzó a acortarse a inicios de los 2000’s. En Sidney fue de 4,069 mujeres y 6,582 hombres, esa tendencia se mantuvo a favor, en Londres 2012 vimos a 6,078 hombres y 4,861 mujeres.
Actualmente los Juegos Olímpicos no se entenderían sin las atletas femeniles, sus historias, su lucha y sus grandes hazañas dentro del deporte, pero su presencia no siempre estuvo garantizada.
Millat luchó por esa igualdad aunque sabía que no le tocaría verla, ni que sería algo inmediato. Su amor por los deportes la llevó a practicar varios de ellos como remo, natación, hockey, atletismo y hasta futbol.
Y aunque murió sin recibir el reconocimiento e importancia que la historia y su lucha le han dado, ahora ya saben que Alice Josephine Marie Millat fue la pieza más importante para el olimpismo femenil en el mundo.