Lo que necesitas saber:
Durante toda su vida, el papa Francisco fue un fiel aficionado al equipo argentino San Lorenzo de Almagro.
Uno de los aspectos por los que recordaremos a Jorge Mario Bergoglio es por su afición al deporte, principalmente al futbol. No obstante, ninguna de estas conexiones es tan significativa como la que tuvieron el papa Francisco y San Lorenzo de Almagro. Esta es la historia de un amor que duró más de 70 años…
La relación entre San Lorenzo y la Iglesia
La historia del Club San Lorenzo de Almagro, considerado uno de los “cinco grandes de Argentina” está profundamente ligada a la Iglesia católica. Su origen se remonta a 1907, cuando un grupo de jóvenes que se pasaban la tarde practicando futbol en el barrio de Boedo, en Buenos Aires, decidieron comenzar a jugar bajo el nombre de “Los Forzosos de Almagro”.
El entusiasmo de este equipo llamó la atención del sacerdote salesiano Lorenzo Bartolomé Martín Massa, quien tuvo la visión social de abrir las puertas de su oratorio para que los jóvenes pudieran practicar futbol en el interior, y así estar a salvo de algunos peligros de la calle, como una vía del tren que pasaba por el lugar y en la que ocurrieron algunos accidentes fatales. A cambio, los jugadores deberían asistir a misa cada domingo.
Este convenio entre los jóvenes y el cura fue tan fructífero, que el 1 de abril de 1908 decidieron fundar de forma oficial el equipo bajo el nombre de San Lorenzo de Almagro, en honor al sacerdote que les dio un lugar para jugar.
Los colores tradicionales del club también tienen relación con la religión, pues se asemejan a los colores celeste y rosa del manto que viste María Auxiliadora, aunque mucho más intensos.
¿Cómo inició la historia entre el papa Francisco y San Lorenzo?
Corría el año de 1946 cuando el pequeño Jorge Bergoglio, de 9 años, quedó cautivado por la forma tan contundente en la que el San Lorenzo de Almagro se coronó campeón de la liga argentina, tras obtener varias victorias (algunas de ellas goleadas escandalosas) ante equipos como Boca Juniors, River Plate, Racing, Platense, Lanús, Atlanta y Rosario Central.
El haberse enamorado del estilo de juego de San Lorenzo y asistir con su padre a ver los encuentros del equipo al antiguo estadio Gasómetro no fue lo único que unió a Bergoglio con este club, de hecho, él estudiaba en un colegio salesiano, misma congregación a la que perteneció Lorenzo Massa.
Con los años la relación de Bergoglio con San Lorenzo se fue intensificando. Aunque se ordenó sacerdote en 1969, siempre estuvo al pendiente del equipo e incluso solía oficiar una misa cada año en la capilla del club cada 1 de abril para conmemorar su aniversario de fundación.
En 2008, además de oficiar una misa por el centenario del club, recibió un carnet que lo acreditaba como el socio 88235N del equipo, y desde entonces pagaba su cuota ininterrumpidamente; cinco años después fue nombrado papa.
El milagro de San Lorenzo
Jorge Bergoglio fue elegido papa el 13 de marzo de 2013 y en un instante el mundo supo de su fanatismo por el San Lorenzo de Almagro, club que, a pesar de la súbita fama mundial que ganó, tuvo un milagroso repunte deportivo.
Y es que de haber estado al borde del descenso dos años atrás, para diciembre de 2013 el equipo consiguió el título del futbol argentino en diciembre de 2013, y en 2014 obtuvo la Copa Libertadores, el trofeo que llevaban anhelando toda una vida. Por supuesto el equipo y su directiva viajaron hasta el Vaticano para llevar el trofeo al papa Francisco.
Desde entonces, aunque el papa continuamente recibía a distintos atletas y equipos profesionales, su afición por San Lorenzo permaneció intacta.
Un dato poco conocido es que durante las últimas tres décadas el papa Francisco dejó de ver la televisión de forma regular, por lo que dejó de ver los juegos del San Lorenzo. Sin embargo, eso no le impidió estar al pendiente de su equipo pues siempre había alguien que lo mantenía actualizado de sus resultados.
El mundo perdió a un papa, sí, pero el San Lorenzo además se quedó sin su hincha más fiel.