Después de cortar una sequía de 36 días sin anotar, Paolo Guerrero celebró su gol ante el Sao Paulo de la forma menos pensada, llorando.
El delantero peruano confesó que lo hizo para desahogarse, pues se encontraba presionado por no poder realizar bien su trabajo, anotar goles.
“Yo estaba teniendo ocasiones de gol, pero lamentablemente la pelota no entraba. Hoy también tuve oportunidades antes del gol, y la pelota no quería entrar. Gracias a Dios me las arreglé para ganar el tercero, no podía fallar. Estaba desesperado, no me dejaba tranquilo, no podía descansar”.
El gol sirvió para que su equipo logre llegar a los 26 puntos, mismos que lo colocan en el lugar 13 de la clasificación.
Si los delanteros de Chivas tomaran el ejemplo de Guerrero seguramente llenarían el Omnilife… de puras lágrimas por sus prolongadas sequías.