El Grecia se ha perdido el control alrededor del futbol, pues éste ha quedado manchado por sus constantes actos de violencia, dentro y fuera de los estadios, entre aficionados y también con directivos, sólo cabe recordar el bochornoso capítulo cuando el presidente del PAOK Salónica, quien bajó a la cancha con pistola para amenazar al árbitro tras anular un gol a su equipo en marzo de 2018.
Ahora los protagonista de los actos de violencia son ultras del Olympiakos, el equipo con más títulos en el futbol helénico con un total de 44 campeonatos. El conjunto rojiblanco en el que jugó el mexicano Nery Castillo, cuenta con una especia rivalidad con el Panathinaikos, el segundo club con más títulos (20).
Esta rivalidad es conocida en Grecia como “la madre de todas las batallas”, pues ha provocado decenas de enfrentamientos entre seguidores, aunque la última de ellas en realidad no fue una batalla, sino un abuso, pues al menos cinco ultras del Olympiakos propinaron una brutal golpiza, apuñalaron y le quitaron las pertenencias a una aficionada del Panathinaikos en medio de una calle de Atenas.
La joven de 22 años levantó la denuncia y las investigaciones han arrojado que se trató de un acto premeditado, pues los agresores sabían de la afición de la joven al Panathinaikos y que trabajaba en un restaurante, para el cual hacía entregas a domicilio.
Ante esta situación, los agresores hicieron una orden al oeste de Atenas y durante el trayecto le tendieron una emboscada, la cual fue grabada por otro elemento del grupo de los ultras del Olympiakos, quien lo publicó en redes sociales, aunque poco tiempo después lo bajó, aunque para ese momento ya era tarde, pues un medio de comunicación ya había descargado la publicación.
Los actos de violencia ya son parte de la agenda política, por lo que el vicepresidente de Deportes de Grecia, George Vassiliadis, condenó los actos. “Nos sentimos horrorizados por la mujer que fue derribada por los ultras y se tomarán las medidas apropiadas. Este es un incidente horrible. Expreso mi condena y mi aborrecimiento”.
