Lo que necesitas saber:
Oksana Masters nació con hemimelia tibial.
Seguramente han escuchado eso de ‘El deporte salva vidas’, pues está historia es el claro ejemplo de ello. Oksana Masters fue una de las tantas víctimas que dejó el desastre nuclear de Chernobyl el 26 de abril de 1986 en Ucrania.
Las extremidades de Oksana no se desarrollaron correctamente y en varios de sus dedos tuvo malformaciones. Sus padres biológicos la dieron en adopción, ya que no tenían dinero para cubrir su tratamiento médico.
Masters pasó sus primeros años de infancia entre orfanatos y abusos, sin embargo, dejó atrás su pasado y se ha convertido en una gran figura del deporte paralímpico. En París 2024 se colgó dos medallas de oro, así que, es momento de conocer su historia.
¿Cómo afectó Chernobyl a Oksana Masters?
Una de las fechas más trágicas en la historia de la humanidad fue el 26 de abril de 1986, cuando el reactor número 4 de la central nuclear de Vladímir Ilich Lenin, Chernobyl, explotó, además de las personas que perdieron la vida al momento del accidente hubo un gran número de afectados por la radiación.
Tras la explosión la región quedó contaminada con restos de plutonio, yodo, estroncio y cesio, que terminaron por afectar a la población cercana. Entre todas ellas estaba Oksana Masters quien nació con hemimelia tibial, que le ocasionó problemas en sus extremidades, una de sus piernas estaba más larga que otra y varios de sus dedos presentaban malformaciones.
Sus padres biológicos no tenían el dinero suficiente para cubrir su tratamiento, así que, la dieron en adopción.
De vivir en orfanatos a mudarse a Estados Unidos
Oksana Masters estuvo en al menos tres orfanatos antes de cumplir 8 años. Su experiencia no fue nada buena, los peores momentos para ella sucedían durante la noche, cuando los abusos se hacían presentes, mismos que dejaron en ella cicatrices, más allá de la piel.
Sobre esa situación, hace varios años declaró que: “En lugar de ser gráfica, solo necesito contarles a las personas una lista de cosas que ya no soporto: cuchillos, cigarrillos encendidos, cadenas metálicas. Hasta el día de hoy, no puedo recibir un masaje y no asustarme. Probablemente eso les dé una idea”.
Afortunadamente para ella, ese mal capítulo quedó atrás cuando su madre Gay Masters, originaria de Estados Unidos, la adoptó y se la llevó a vivir al otro lado del mundo, lejos de esos abusos y cerca del deporte, que también le salvó la vida.
Los inicios de Oksana Masters en el deporte
Un año después de llegar a Estados Unidos con su madre a Oksana le fue amputada la pierna izquierda y a los 14 años ocurrió lo mismo con su pierna derecha. Su madre no vió obstáculos en su condición física y la animó a probar suerte en el deporte.
La primera disciplina que practicó fue el remo adaptado, Oksana encontró en el agua ese control e independencia que había perdido con las amputaciones, en cada movimiento que ella hacía con el remo tenía una respuesta del agua.
“En el agua, comencé a tener una nueva sensación de libertad y control que me habían arrebatado tantas veces a lo largo de mi pasado. Mi cuerpo respondía al dolor con una fuerza y un propósito cada vez mayores. Empujé el agua y ella me devolvió el empuje”, contó Oksana.
Las medallas de Oksana en Juegos Paralímpicos
En Londres 2012 llegó la recompensa a todo su esfuerzo, ganó una medalla de bronce, pero esa no es la única disciplina en que ha subido al podio. Además del remo también participó en esquí y en el biatlón.
Llegó al ciclismo adaptado en el 2014 luego de una lesión en la espalda y fue la velocidad la que la enamoró por completo de la disciplina, tanto que en Tokio 2020 se llevó dos medallas de oro.
“Después de intentarlo por primera vez, quedé enamorada de la velocidad que podía alcanzar por encima de cualquier otro deporte. Encontré un nuevo sentido de urgencia”, señaló Masters.
En esta disciplina la atleta ganó dos medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. En París 2024 también cosechó dos oros más, preseas que son resultado de su incansable fuerza de voluntad y su lucha por superarse día a día.
“Lo que significa para mí ser vista y reconocida como alguien que está en la cima es que mi voz finalmente es escuchada, y eso es algo que nunca tuve cuando era niña” dijo Oksana Masters en entrevista para Paralympics.
