La estructura de la NFL ha convertido a esta liga en una de las más serias y reconocidas a nivel mundial entre otras ligas deportivas y suele aplicar sanciones ejemplares a sus jugadores, no sólo por cuestiones deportivas, sino por comportamientos fuera de lo deportivo, sin embargo hay ciertos casos en los que las sanciones no son tan equitativas.
Por ejemplo, en 2015 la NFL no impuso ninguna suspensión a Aaron Hernández, quien fue arrestado por asesinato. Los New England Patriots cortaron al jugador, mientras que Roger Goodell se limitó a decir que ningún equipo podría ofrecerle un contrato mientras no se determinara su situación legal. Tiempo después, Hernández se suicidó en su celda tras ser declarado culpable.
De esta manera, la NFL ha quedado marcada por algunas sanciones extrañas, que han sido o muy severas para algunos casos, mientras que en otros los castigos se han quedado cortos, de modo que ha sido menos grave un homicidio que protestar durante el himno, por ejemplo.
Deshaun Watson, suspendido seis juegos por acoso y agresión sexual
Uno de los casos más recientes y que ha despertado polémica es el del quaterback de los Cleveland Browns, quien fue acusado por acosar y agredir sexualmente hasta a 24 mujeres en Texas en el año 2019.
Aunque la NFL pidió una sanción de un año de suspensión, el jugador sólo fue suspendido por seis partidos, es decir, poco más de un mes, tras la intervención de la defensa del sindicato de jugadores, de modo que a pesar de la gravedad de la situación, el jugador tendrá una sanción menor que casos de apuestas, por ejemplo.
Calvin Ridley, suspendido un año por apostar en juegos de NFL
El receptor abierto de los Atlanta Falcons fue suspendido a lo largo de la temporada 2022, después de involucrase en apuestas en partidos de la misma liga a finales del año 2021.
“Tus acciones ponen la integridad del juego en riesgo, amenazan con dañar la confianza del público en el futbol profesional y potencialmente socavó la reputación de sus compañeros jugadores de la NFL”, comunicó Goodell al jugador.
El veto a Colin Kaepernick
Tal vez sea el caso de mayor injusticia en la historia de la NFL. Kolin Karpernick fue vetado de la NFL durante el primer año mandato del expresidente Donald Trump. El entonces quarterback de los San Francisco 49ers se arrodilló en varias ocasiones durante la ceremonia del himno de Estados Unidos como una forma de protesta contra las políticas migratorias y abuso contra la comunidad afroamericana.
El jugador fue cortado por los 49ers por “violar las políticas de la NFL” y no volvió a ser contratado por ningún otro equipo. En la parte final del mandato de Trump, Goodell ofreció disculpas y aceptó el error de la liga por no proteger a sus propios jugadores.
Donte Stallworth, suspendido un año tras homicidio
En agosto de 2009, el ala abierta de los Browns fue suspendido por un año después de declararse culpable tras atropellar a una persona, quien falleció en el accidente. El jugador conducía bajos los efectos del alcohol y fue condenado a 30 días de prisión, que en realidad fueron 24, pues fue liberado por buena conducta.
Donte Stallworth evitó cargos tras llegar a un acuerdo con la familia de la víctima y en la NFL fue suspendido por un año, que es el mismo periodo que se buscaba contra Deshaun Watson por acoso y agresión sexual y que finalmente quedó en seis juegos de suspensión.
Suspensiones que dependen de las condenas
Otras casos han quedado como suspensiones por tiempo indefinido, que en realidad dependen del tiempo de condena en algunos cosas, como el de Aaron Hernández, quien tras ser arrestado por homicidio, no fue suspendido por la NFL de manera formal.
Frank Flichock había sido suspendido de por vida en 1974, aunque en realidad regresó en 1950.
Michael Vick fue suspendido por tiempo indefinido tras involucrarse en pelas clandestinas de perros. Fue a prisión durante dos años y tras ser liberado volvió a jugar.