No hay campeón divisional en toda la NFL que la tenga más difícil para repetir el título de su sector que los Dallas Cowboys. Los Vaqueros no sólo están en una de las dos divisiones más complicadas de la liga, sino que comenzarán la temporada sin una de sus piezas clave y por primera vez en muchos años no podrán culpar a Tony Romo de todo lo malo que les ocurra.
Ezekiell Elliot se perderá los primeros seis partidos de la campaña, ya que la NFL lo suspendió debido a un caso de violencia doméstica. El corredor, su equipo legal y hasta el sindicato de jugadores, ya apelaron la sanción; sin embargo la liga no ha dicho nada al respecto por lo que lo más probable es que los Cowboys arranquen la campaña sin Zeke.
El conjunto de la estrella solitaria tiene un sólido par de reservas en Darren McFadden y Alfred Morris, pero aunque sean corredores decentes para nada generan el mismo impacto que el que fuera nombrado novato del año la temporada pasada. Además McFadden es de cristal por lo que es muy probable que se termine lesionando.
La ausencia de Zeke es sólo uno de los muchos problemas que enfrentarán los Cowboys esta temporada. La campaña anterior Dak Prescott sorprendió al mundo con el nivel mostrado a lo largo de las 17 fechas de temporada regular y hasta en el partido de postemporada frente a Green Bay.
Sin embargo, ahora el mariscal debe evitar lo que llaman “sophmore slump”; un bache en el que suelen caer los jugadores de segundo año en la NFL, sobre todo los quarterbacks. Prescott ya no es un desconocido y las defensivas no sólo le prestarán más atención, sino que construirán planes de juego específicos para frenarlo.
Lo cierto es que el pasador tiene talento para consolidarse como un mariscal estelar digno de ser el titular de los Cowboys pero la baja de Elliot le hará cargar al mariscal todo el peso de la ofensiva. Afortunadamente para Prescott, Dez Bryant se mantiene en el equipo y eso lo ayuda mucho.
Los problemas anteriores de los Cowboys se magnifican cuando vemos su calendario. Para empezar, dos de sus tres rivales divisionales terminaron con marca ganadora el año pasado. Dallas jugará cuatro partidos en total contra los NY Giants y los Washington Redskins y bien podrían ser cuatro derrotas. Además, el otro equipo del sector (Philadelphia Eagles) tampoco luce como un flan.
Por si fuera poco, como los Vaqueros ganaron su división la temporada pasada, ahora el equipo deberá enfrentarse a otros campeones divisionales como Packers, Falcons y Seahawks... ah y también tienen partidos programados contra los Kansas City Chiefs, Oakland Raiders y Denver Broncos.
Guiándonos por cómo finalizaron la campaña anterior, ligeramente abajo de los Cowboys vienen los New York Giants. Un equipo del que nunca se sabe qué esperar. Los Gigantes son el reflejo de su quarterback; a veces parecen un equipo capaz de aplastar hasta a los New England Patriots pero en otras ocasiones lucen como una escuadra que sería apabullada por los Cleveland Browns.
Este será el segundo año de Ben McAdoo y en teoría el equipo debe resolver los problemas de inconsistencia que tuvo la campaña anterior, pero con los Giants nunca se sabe. Otra cosa que aquejó mucho a los Hombres G la temporada pasada fue la ausencia de receptores confiables para Eli Manning.
Es verdad que Maning casi no tiene armas, pero tiene la más poderosa de la liga. A los Gigantes les falta otro receptor de élite para que de verdad no dependan nada más de Odell Beckham Jr.; Sterling Shepard puede ayudar pero necesita dar el salto.
Después están los Washington Redskins, equipo que aún se mantiene en la pelea porque, pese a todo lo que se decía, logró mantener a Kirk Cousins en el plantel. Mucho se rumoró que el pasador se reuniría con Kyle Shanahan en san Francisco pero al final se quedó en la capital estadounidense.
Cousins dista de ser un pasador del nivel de Aaron Rodgers o Tom Brady pero por lo menos sabes que puedes armar una ofensiva alrededor del egresado de Michigan State. La campaña anterior gran parte del problema de los Redskins fue que su mariscal no tenía a quién lanzarle; este año al menos podrá enviarle el balón a Terrelle Pryor.
Jordan Reed también sigue con Washington y ahora sí la ofensiva de los Pieles Rojas puede tener más de una variante. El asunto es que a la defensiva Josh Norman recupere su nivel; en realidad son un equipo muy sólido, el problema es la división en la que están ubicados.
Por último están los Philadelphia Eagles, único equipo de la NFC Este que finalizó la campaña anterior con récord perdedor. Hace un par de años, cuando Chip Kelly desarmó a las Águilas y terminó jugando algunos partidos con Mark Sánchez como titular, no parecía que Philly se fuera a levantar pronto del desastre que causó el ex entrenador de Oregon.
Sin embargo, tras un año desastroso, Philadelphia seleccionó en el draft a Carson Wentz y los problemas comenzaron a desaparecer. De los cuatro equipos en la división los Eagles tienen al mariscal menos probado; Wentz ha mostrado buenas cosas pero para nada tuvo un rookie year tan bueno como el de Dak Prescott.
Wentz, al igual que Prescott, deberá superar el “softmore slump” y aunque las expectativas sobre él no son tan altas como lo son sobres Dak, la realidad es que Philly ya ha empezado a construir un equipo alrededor del egresado de North Dakota State y hasta le trajeron a Alshon Jeffrey.
Además los Eagles firmaron a LeGarrette Blount y tienen al explosivo Darren Sproles para reforzar el ataque terrestre. A la defensiva pueden tener una gran secundaria si Malcolm Jenkins está en buen nivel; de hecho si Carson Wentz es realmente el quarterback que parece ser Philadelphia va a pelear la división. Sólo el tiempo dirá si el pelirrojo lanzador es un pasador de élite o si fue un one hit wonder.
La verdad es que el Este de la Nacional luce increíblemente parejo y es junto con el Oeste de la Americana la división más competida a la alta; curiosamente ambos sectores se enfrentarán entre sí esta temporada. La suspensión de Ezekiel Elliot le ha complicado las cosas todavía más a los Cowboys y su calendario no les ayuda nada pero los Giants son una incógnita; los Redskins nunca son ni muy malos ni muy buenos y los Eagles, al igual que los Vaqueros, están al margen de que su mariscal de el do de pecho, por lo que no se preocupen fans de Dallas, el equipo aún tiene esperanzas para ganar la división.