Nacho González y Luis Montes ya ocupan un lugar muy especial en la historia del Club León. Pero más que compañeros de equipo o amigos, los futbolistas tienen una relación cercana dentro y fuera de la cancha que los convierte en familia.
Aunque ambos jugadores han conseguido tres de los ocho títulos de Liga que ostentan los esmeraldas, su huella va mucho más lejos ya que también ascendieron en 2012 y fueron parte del bicampeonato entre 2013 y 2014.
Sin embargo, el futbol no siempre se trata de títulos y felicidad, tanto Nacho, como el Chapito se enfrentaron a lesiones fuertes que los relegaron durante mucho tiempo. Lo importante es que siempre se apoyaron y pudieron regresar para levantar un trofeo más.
Montes cedió el gafete de capitán
Los últimos torneos fueron muy complicados para Nacho González debido a que sufrió múltiples lesiones en las rodillas y ya se sabía que esta sería su última campaña como futbolista profesional.
Por ello, la directiva esmeralda lo homenajeó en septiembre cuando cumplió 300 partidos en el club, se cubrió una zona de las gradas del estadio con una manta y al quitarla, se descubrió su número 35 que quedará siempre marcado en ese sector.
Aunque esto no fue todo, el sábado previo a la Final de la Liga MX Chapo Montes tuvo otro gesto conmovedor. El mediocampista se le acercó para decirle que quería cederle la capitanía, que el técnico Nacho Ambriz ya estaba al tanto y de acuerdo para que El Corazón de León portara el gafete en su último juego.
“Estuve dos años lesionado y soñaba con una escena como la que acabamos de tener, levantando la copa con Chapo. Él me dio el gafete de capitán hoy, eso es de hermanos. Eso es lo que es esta institución, somos familia“, relató Nacho después de coronarse.
El campeonato fue un premio a la paciencia del defensor, quien confesó que incluso en el Guardianes 2020 quiso hacerse a un lado por la falta de minutos, en la Fase Regular apenas sumó nueve minutos en cuatro partidos.
Cinco veces campeones con León
González y Montes jugaron juntos con La Fiera desde hace casi 10 años y consiguieron cinco títulos entre Ascenso y Liga MX. Sin duda, uno de sus logros más importantes fue regresar a Primera División con el técnico Gustavo Matosas.
León consumó su ascenso el 12 de mayo de 2012 al vencer a Correcaminos UAT y en la Liga MX sorprendió a propios y extraños con un estilo de juego que le ayudó a consolidar uno de los regresos más sólidos al Máximo Circuito.
No pasaron ni dos años para que los Panzas Verdes llevaran su proyecto al siguiente nivel: se dio continuidad a Matosas en el banquillo, se reforzó el plantel con figuras como la de Rafael Márquez y los frutos del esfuerzo se reflejaron en el título del Apertura 2013.
Por supuesto que dos de los ídolos principales eran Luis Montes e Ignacio González, levantaron la copa en el Estadio Azteca y seis meses después también fueron piezas fundamentales para conquistar el segundo bicampeonato en la historia de los torneos cortos.
La amistad entre los dos futbolistas creció a la par de su éxito y de las dificultades. Primero, Chapo se fracturó la tibia y el peroné antes de poder disputar el Mundial de Brasil 2014; años más tarde, Nacho estuvo fuera de actividad durante casi un año por las lesiones en la rodilla y requirió tres cirugías.
No obstante, ambos recibieron segundas oportunidades para reencontrarse en casa del León, esa que los vio convertirse en leyendas del club. El 13 de diciembre de 2020 será otra fecha marcada en sus calendarios, la última ocasión en que compartieron la cancha y la noche en que bordaron la octava estrella en el escudo esmeralda.
