Ahí está, parado en el escenario y vestido totalmente de blanco cual enfermero. Se le ve nervioso, la vida lo ha golpeado mucho pero siempre sale adelante. La última corredora llega con el fuego olímpico en la antorcha, el hombre de blanco estira su mano con trabajos y toma el relevo del fuego.

Ahora gira su cabeza y observa el estadio. Muestra la antorcha al público y despacio la pasea de un lado a otro mientras el temblor en su cuerpo no cede. Ya no se mueve con gracia, ya no puede tirar un golpe más rápido que un niño de primaria, ya no “flota como mariposa” ni “pica como abeja”, pero todavía sigue haciendo historia.

Termina el breve paseo de la antorcha en las manos del hombre de blanco, quien ahora con dificultades coloca las llamas en un cable mientras el reloj de su mano izquierda tiembla en demasía, pero no por el Parkinson. Es más bien como si el reloj supiera que está presenciando la historia. El fuego viaja lentamente hasta la cima del estadio y se enciende la llama olímpica al son de los vítores de la afición. Muhammad Ali ha inaugurado oficialmente los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.

Casius Marcellus Clay Jr (posteriormente Muhammad Ali) fue uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos (probablemente el mejor) y es considerado por muchos no sólo el mejor pugilista, sino también el mejor atleta de la historia. Hoy Ali hubiera cumplido 75 años de edad, pero todo tiene un final y la vida del “Labio de Louisville” llegó al suyo el pasado tres de junio.

La leyenda de Ali es una de las más grandes en la historia del deporte. Cuando era niño, al otrora Casius Clay le robaron su bicicleta y eso lo inspiró a defenderse (imaginen si no le hubieran robado nada). Ya en su juventud Ali fue medallista de oro en Roma 1960. Dos años después de eso se hizo profesional y para 1964 ya era campeón de los pesados.

Pero fue en 1966 cuando el boxeador dio uno de sus más grandes golpes y no fue arriba del ring. Muhammed Ali salió seleccionado para ayudar al ejército estadounidense con labores relacionadas con la Guerra de Vietnam. Sin embargo, el pugilista le dio un tremendo derechazo al sistema. Ali se negó argumentando una postura religiosa y perdió cuatro años de carrera mientras se resolvía el juicio (que resultó en favor de Ali).

El resultado del litigio fue un verdadero knockout al sistema norteamericano que en ese entonces aún no favorecía la igualdad entre las razas. Durante los 70s, el boxeador fue junto con Malcolm X uno de los principales luchadores por los derechos civiles de los afroamericanos.

Quizá el legado más polémico del boxeador sea el “Thrash Talking”. Ali fue de los primeros deportistas en el mundo en llevar a cabo esta práctica que consiste en hablar pestes de tu rival y calentar el encuentro. A diferencia de muchos Ali sí cumplía con lo que decía. George Foreman, Sony Liston, Ken Norton y sobre todo Joe Frazier fueron sus más grandes rivales. De hecho se dice que las últimas dos peleas con Frazier fueron las que le causaron el mal de Parkinson a Ali.

El pugilista se retiró en 1981, y el Parkinson se le diagnóstico en 1984. ya con la enfermedad Ali siguió realizando labores sociales, a tal grado que en una ocasión fue a Irak para negociar la liberación de unos rehenes norteamericanos con Saddam Hussein.

En 1984 Muhamed Ali peleó su último combate, la contienda duró 32  rounds de un año cada uno. Como cuando estaba arriba del ring “The Greatest” comenzó lento, pero se fue estabilizando. En el round 12 (1996) Ali le dio un tremendo derechazo al Parkinson cuando prendió la antorcha y el combate se sostuvo por otros 20 años. En el 2016 Ali perdió la batalla y la vida, pero el más grande no se podía ir sin dar un último golpe. Ya después de muerto las millones de personas que estuvieron en su funeral en Louisville fueron el último knockout de un grande. Descanse en paz el boxeador, luchador social, cantante, poeta y leyenda Muhammad Ali.

** Fotos: Getty Images

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