Estos días es habitual ver a futbolistas muy jóvenes codearse con celebridades en bares, posar en Instagram con un Ferrari, que normalmente es suyo, y llevar aretes, tatuajes o pintarse el pelo de colores extravagantes.
Para suerte de los nostálgicos, quedan unos pocos jugadores que viven más bien en un perfil bajo, que estudian una carrera universitaria con muy buenas calificaciones y que sus representantes, en vez de ser un multimillonario de dudosas intenciones, son sus padres. Estoy describiendo a Mikel Oyarzabal, la última joya de la Real Sociedad.
Nacido en Éibar, empezó a jugar en el equipo de la ciudad, y aún siendo menor, sus padres le ayudaron a decidir entre los dos grandes de la región, el Athletic Club y la Real Sociedad. Eligieron a los txuri-urdin y al parecer, la suerte acompañó esa decisión.
Con apenas 17 años empezó a jugar en la Real Sociedad ‘B’, y duró apenas 10 encuentros en ese equipo hasta que el entrenador del primer equipo, que por aquel entonces era David Moyes, lo llamó para entrenar en la pretemporada 2015-16.
Debutó en primera división el 25 de octubre de 2015 ante el Levante, con 18 años, y desde ese día, lo ha jugado prácticamente todo con su equipo, al punto de que, en su última aparición, ante el Osasuna, celebró su partido número 50 con el primer equipo de la Real Sociedad, todo esto con apenas 19 años. Cifras que recuerdan al último crack del cuadro vasco: Antoine Griezmann.
En 2016 debutó con la Sub-19 española, pero su gran labor con la Real Sociedad la recompensó Vicente Del Bosque, que lo debutó con la selección absoluta en partido amistoso. Además, actualmente juega para la selección Sub-21 y ya debutó con gol con la selección de Euskadi (País Vasco).
En dos temporadas, ha jugado 50 partidos y anotó 8 goles, además de que sus 6 asistencias esta temporada, y un total de 9 le han valido para estar entre los máximos asistentes de España.
En el campo se desempeña como extremo, es zurdo y habitualmente juega en la banda izquierda. Durante el partido es habitual verlo moverse hacia el centro para aprovechar que Yuri, el lateral de la Real Sociedad, sube con mucho criterio por la banda.
Oyarzabal destaca sobre todo por su buena técnica; controla, orienta y golpea muy bien con el pie izquierdo, y aunque no es muy veloz, tiene potencia para sacarse rivales en carrera. Tiene una gran visión de campo, y en el futuro podría convertirse en uno de los mejores asistentes de Europa.
Tiene apenas 19 años y es difícil predecir en qué se va a convertir, pero si sigue trabajando con humildad y pies de plomo como ha hecho hasta ahora, seguramente seguirá creciendo, tanto en la Real, que ya lo renovó y le puso cláusula de 50M de euros, como en la Selección Española, en la que encaja por su técnica y capacidad asociativa.