Por Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11

En alguna ocasión Jorge Valdano dijo que “las estadísticas son como los bikinis: enseñan mucho, pero no lo más importante”…

México se instaló en Semifinales de la Copa Confederaciones tras dos victorias y un empate en la Fase de Grupos, con lo que Juan Carlos Osorio llegó a 27 partidos dirigidos, en los cuales tiene una sola derrota oficial (7-0 ante Chile).

Esos son los números, contundentes, sí, positivos por donde se le busque. Sin embargo, el oficio periodístico obliga, demanda, exige ir un poco más allá pese a que las criticas incomoden o molesten a aficionados, colegas o a los propios futbolistas.

Y la realidad de este equipo es que ante Rusia nuevamente tuvo pasajes de juego terroríficos en los que la fortuna lo acompañó, porque pudo estar abajo en el marcador por lo menos por dos goles.

La fragilidad defensiva del Tricolor es alarmante y la cosa se agrava cuando escuchamos a Guillermo Ochoa en la entrevista al final del partido argumentando que “es normal” que les lleguen porque “esto es futbol y sería muy aburrido si solo un equipo atacara”.

Foto: Getty Images

Es innegable que en cada partido, enfrentes al rival que sea, alguna ocasión de gol (o varias) te va a generar; lo que no es normal es que sin hacer mucho, sin atacar con varios jugadores e incluso en inferioridad numérica, el oponente se plante en la cara del portero cuatro, cinco, seis y hasta en siete ocasiones; y esto sucede sencillamente porque no hay una estructura defensiva ni un mediocampo que contenga.

Y sucedió con la ‘poderosa’ Portugal de Cristiano Ronaldo (Ochoa fue la figura), con la ‘modesta’ Nueva Zelanda (Talavera fue la figura), y ahora con los rusos (ellos solitos se encargaron de desperdiciar sus opciones). Se llama fragilidad defensiva y eso no es “normal”, más allá de que Ochoa así lo considere.

Analizar y criticar la labor del técnico nacional es un trabajo necesario y hasta saludable, y a Osorio se le pueden aplaudir muchas cosas: que prioriza hablar de futbol por encima de hacer comerciales, que indudablemente es un tipo preparado, y que trabaja su esquema de juego.

Sin embargo, el tema de las famosas rotaciones y el improvisar futbolistas en posiciones que no dominan debe señalarse, así como que México no practica un futbol que ilusione ni mucho menos se acerca a un nivel óptimo para pensar en competirle a las potencias.

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Diego Reyes juega en el futbol europeo porque es un defensa central bastante pulcro y con proyección. Bueno, Osorio insiste en colocarlo como lateral derecho: frente a Rusia se le notaba incómodo, el Tri nunca tuvo salida por ese sector y no conectó con Carlos Vela, pues el delantero estaba obligado a cubrir la espalda del zaguero.

Se mantiene la necedad con Miguel Layún como lateral izquierdo cuando su nivel actual es paupérrimo; Héctor Herrera no es un contención nominal con oficio defensivo y en él recae esa labor, más allá de que Jonathan dos Santos lo auxilia; es decir, hay improvisaciones que ante rivales del primer mundo futbolístico se pagan caras (el 7-0, el mejor ejemplo de esto).

Rusia es una selección precaria salvo un par de buenos futbolistas; Nueva Zelanda es un equipo semiprofesional, y Portugal con todo y la Eurocopa ganada no es una escuadra ‘top’, más allá de que Cristiano eleva de sobremanera el nivel de los suyos.

Y no, no se trata de criticar por criticar ni cuestionar a Osorio porque no es mexicano, no. El ejercicio consiste en señalar que con la bipolaridad mostrada por la Selección Azteca en cada uno de sus compromisos, no se puede hablar del dominio de un estilo de juego ni que hay armonía en el campo con este equipo solo porque le ‘dio toque’ 15 minutos a Portugal o porque avanzó invicto a Semifinales.

Los marcados altibajos de este Tri han rayado en el desastre, pero esta vez la fortuna ha estado del lado nacional y eso sí, México ha tenido reacción en sus tres juegos, pues en todos estuvo abajo en el marcador.

Así las cosas, quien se quiera abrazar a los números y a las estadísticas de la Selección que comanda Juan Carlos Osorio está en todo su derecho… ‘Somos’ semifinalistas de Copa Confederaciones, casi ‘estamos’ clasificados al Mundial y ‘vamos’ por el quinto partido el año que entra… Bien, válido.

Pero el futbol no es una ciencia exacta. Lo dijo el maestro Valdano y lo dijo bien: “las estadísticas son como los bikinis: enseñan mucho, pero no lo más importante”…

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