Los futuros talentos del deporte mexicano siguen dando de qué hablar y ahora no es para menos, pues pusieron el nombre de nuestro país en lo más alto. El equipo representativo de México se coronó Campeón en el Mundial Sub-23 de beisbol al ganarle a Japón por marcador de 1-2, en un juego muy complicado, parejo y cerrado, pues ambos conjuntos dieron todo de sí hasta el ultimo momento donde sólo uno pudo coronarse.

Foto:: LMB

Este duelo fue de los más parejos en toda la historia, pues a ambos conjuntos les costó mucho anotar su primer carrera, sin embargo el potencial de México los orillo a coronarse sobre el final del encuentro. La sede de este encuentro fue el Estadio Édgar Rentería en Colombia, Barranquilla, donde la novena azteca batalló mano a mano con Japón hasta el último instante.

La defensa de México fue de lo más destacado del encuentro, ya que contuvo el poder oriental de tal modo que hasta la novena entrada no habían conseguido ninguna carrera y lo más que habían podido hacer es marcar un imparable; esa es muestra de la garra que tuvo el combinado Sub-23 en este Mundial.

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El juego se extendió hasta la décima entrada, no había nada para nadie, el marcador estaba 0-0 y se decidió irse a la instancia de ‘tie break’, la cual orilla a ambos conjuntos a poner un hombre en primera y segunda base; México aprovechó esta oportunidad en su turno al bat donde conectó de gran forma, pues Bernardo Haras dejó a su compañero  Orlando Piña a la segunda y dejó a Walter Higuera en posición anotadora.

Momentos después Fabricio Macían conectó un sencillo al jardín central para empujar a Higuera y a Piña a anotar un par de carreras con lo que México fue Campeón del Mundial Sub-23 de beisbol. En la parte baja del décimo y con dos corredores en base, Japón logró anotar una carrera de Taiga Matsuo, impulsada por Hisanori Yasuda pero eso no fue suficiente, ya que el pitcher cerrador mexicano, Erick Casilla, logró salvar el juego cuando tenía las bases llenas con dos outs cerrando la participación de los aztecas y brindándoles el campeonato.

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Los jugadores mexicanos al terminar el juego, se fundieron en un grito conjunto; se abrazaron, felicitaron al rival y comenzó una celebración que continuará por un par de días, pues ganar el Mundial Sub-23 de beisbol no es tarea fácil y estos jóvenes merecen todo el reconocimiento del mundo. El oro viene a casa y dejaron la bandera de México muy bien parada ante los ojos del mundo y todos los amantes del beisbol.

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