Lo que necesitas saber:
Jérome Brouillet, fotógrafo francés, fue el autor de la fotografía de Gabriel Medina
Tal vez ya hayas visto la imagen del surfista que no sólo sortea las olas de Tahití, sino que ‘vuela’ sobre ellas con una posición totalmente erguida. Esta imagen ha sido considerada por muchos como la mejor fotografía de los Juegos Olímpicos de París 2024, a pesar de que no hemos llegado ni a la mitad de la actividad deportiva.
El hombre que aparece en la imagen es el brasileño Gabriel Medina y la fotografía fue tomada el lunes 29 de julio en un día que se podrías describir como perfecto para el surfista sudamericano, pues ejecución fue calificada con un 9.90, que es hasta el momento la puntuación más alta en la historia del deporte.
Medina competía contra el japonés Kanoa Igarashi por el pase a los Cuartos de Final, a la cual se clasificó con aquella actuación, que además cerró de manera espectacular aprovechando la inercia con la que había atacado la ola, de modo que salió disparado por el aire de manera vertical en una postal espectacular, la cual remató además levantando el brazo derecho y levantando el dedo índice.
La historia detrás de la mejor fotografía de los Juegos Olímpicos
En algún punto parecería que la imagen fue editada en Photoshop, pero no es así. Se trata de una imagen tomada tal cual por el fotógrafo francés Jérome Brouillet, quien trabaja para la agencia AFP y asegura que mandó aquella imagen sin percatarse de su composición. “Todos nos preparamos para estar listos para un momento como ese, y esta vez fui yo”, indicó.
El fotógrafo indicó en una entrevista que ese día la actividad deportiva comenzó muy temprano, por lo cual despertó cerca de las 5:00 de la mañana y llegaron al lugar de la competencia cerca de las 6:30, tras un traslado de 10 minutos en un barco dirigido por un pescador de la zona y tras algunos años cubriendo competencias de surf, sabía que podría tomar buenas imágenes con Gabriel Medina. “Le gusta celebrar un poco y sale saltando”.
Por ello puso atención especial en el brasileño, quien tomó una de las olas más grandes del día y para su fortuna ésta quedó frente al barco donde estaban los fotógrafos (en otro barco estaban los camarógrafos de televisión), y el siguiente reto, explicó, fue intuir donde podía salir brasileño, de modo que en cuanto vio los primeros movimientos de salida disparó una ráfaga de fotografías. “Obtuve cuatro fotografías de un solo golpe”.
“Después me volví inmediatamente porque detrás hay un montón de trabajo porque todavía hay olas que vienen. Mi trabajo es enviar las fotos a la AFP casi al momento, lo cual hago cuando las olas se calman un poco. Miré las fotografías que había tomado, llegué a las de Gabriel surfeando, bim, bam, boom, más fotos de Gabriel con su tabla y ahí llegué a los tres o cuatro fotos donde está en el aire, lo miro y me digo, ok, eso parece genial”, y las mandó a la agencia.
“Gané tres mil seguidores en 20 minutos.. el mérito es del capitán del barco”
Después de unos momentos, su fotografía había comenzado a circular por cientos de cuentas de medios de comunicación.
“Mi teléfono vibraba, lo empecé a mirar y normalmente no tengo mucha actividad en Instagram y de pronto tenía 200 likes y ahí me digo, ¿qué es lo que está pasando? Vi que mi foto estaba en un medio brasileño que tenía un millón y medio de seguidores.
“Obtuve unos tres mil seguidores en unos 20 minutos y me digo una vez más, ¿qué es lo que está pasando con esta foto? Miro la foto, vi la celebración de Gabriel apuntando al cielo, el hecho de que va recto, pero después me doy cuenta de que está posado justo sobre un nube de detrás”.
Jérome Brouillet destacó el trabajo del capitán del barco que trasladó a los fotógrafos al lugar y mantenerse ante la llegada de la ola, de quien poco se habla.
“El mérito de la posición fue del capitán del barco, él conoce el lugar, es un pescador que ha crecido allí. Del capitán del barco no se habla mucho, pero si no está ahí la fotografía no sale así”, comentó.