Si alguien dio de qué hablar en el Mundial Femenil tanto dentro como fuera de la cancha, fue Megan Rapinoe, la capitana de Estados Unidos, quien levantó la Copa del Mundo después de vencer 2-0 a Holanda en el que es, hasta ahora, el mejor Mundial Femenil de la historia.
Alex Morgan se perfilaba para ser el foco de atención del equipo estadounidense al inicio del Mundial, sin embargo, los goles de Rapinoe, así como el cruce de declaraciones con el presidente del gabacho, Donald Trump, a quien le dejó claro que no visitaría la “puta Casa Blanca”.
Trump le contestó que primero ganara la copa y después hablara y ahora Rapinoe no sólo regresará a su país con la Copa del Mundo, sino con la Bota y el Balón de Oro.
Rapinoe fue reconocida como la máxima goleadora del Mundial con un total de ocho goles, cinco de ellos en la fase eliminatoria. Dos ante España en Octavos de Final, otros dos en Cuartos frente al anfitrión Francia y uno más en la Final. Si no marcó en Semifinales fue porque no jugó debido a una lesión.
El hecho de ser la jugadora más desequilibrante también la hizo acreedora al Balón de Oro, galardón que premia a la mejor jugadora del torneo.
Tras la polémica con Trump, Rapinoe, quien no canta el himno de Estados Unidos como protesta a las políticas del mandatario, perdió el gafete de capitana para el juego contra Francia, el cual quedó en poder de Alex Morgan, sin embargo, para la Final regresó esta distinción al brazo de la veterana de 34 años.