Cuenta la leyenda que las figuras más grandes del deporte muestran su talento sin importar la edad… El 25 de enero quedó marcado en el calendario de la Asociación Femenil de Tenis (WTA, por sus siglas en inglés) gracias a la joven Martina Hingis, que fijó una marca muy difícil de romper.

Con 16 años y 117 días, la tenista suiza ganó su primer torneo grande en 1997: el Abierto de Australia. Pero más allá del significado que tiene levantar el trofeo de este torneo, se convirtió en la campeona más joven en la historia de los Grand Slams.

Martina Hingis, la campeona más joven en la historia de los Grand Slams
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Hingis rompió el récord que Mónica Seles estableció años antes. La serbia naturalizada estadounidense conquistó Roland Garros en 1990 con 16 años y 189 días; puede que recuerdes su nombre porque en 1993 fue apuñalada por un fan en pleno partido y desafortunadamente, después de ese evento no logró recuperar su confianza al jugar.

Martina Hingis y el Australian Open

La relación entre esta tenista y el torneo australiano es como una relación casi perfecta. Se le agrega el casi porque independientemente de que lo ganó en tres ocasiones, tuvo que conformarse con el segundo lugar en otras tres ediciones.

Sin embargo, Martina Hingis rayó en la perfección durante 1997 y además del Abierto de Australia, consiguió títulos en Wimbledon, el Abierto de Estados Unidos y otros 9 torneos.

Martina Hingis, la campeona más joven en la historia de los Grand Slams
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Todo comenzó el 12 de enero, cuando se impuso 6-1, 5-7, 6-1 ante Jennifer Capriati en la final del Sidney International y de ahí en adelante, aprovechó la inercia para el primer Grand Slam de la temporada, al que calificó como cuarta cabeza de serie.

Aunque el camino no fue fácil, la suiza llegó a la final sin haber perdido un sólo set. Despachó a Barbara Rittner, Lisa Raymond, Barbara Schett, Ruxandra Dragomir (la única que la llevó a un tie break), Irina Spirlea y Mary Joe Fernández.

Su rival en el partido definitivo tampoco era una misión sencilla: con 22 años de edad, la francesa Mary Pierce ya sabía lo que era ganar el Abierto de Australia, aunque su experiencia no fue suficiente para quedarse con el título.

Martina Hingis pisó firme en la cancha central desde los primeros instantes de juego y poco a poco, inclinó la balanza a su favor. El marcador terminó 6-2, 6-2 a su favor, el público la ovacionó de pie y en la premiación agradeció especialmente el apoyo de su madre.

Es difícil adivinar qué pasaba por la cabeza de Hingis en esos momentos, se trataba de una adolescente que dio sus primeros pasos para alcanzar el éxito sin saber que dejaría un legado muy importante, pues no cualquiera puede presumir un título de Grand Slam a los 16 años.

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Escribo de deportes en Sopitas.com. Estudié en la UNAM y luego pasé por PressPort y la Agencia Notimex. Veo futbol como si me pagaran por ello, pero también soy fan del beisbol, el tenis y la Fórmula...

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