El regreso de la Champions League nos regaló a dos joyas de futbolistas italianos jugando de manera increíble. El primer día vimos a Marco Verratti mover los hilos de un Paris Saint-Germain que le pasó por encima al Barcelona. En el segundo a un Lorenzo Insigne que madrugó al Real Madrid con el primer gol del partido para el Napoli en un muy buen disparo de larga distancia aprovechando la mala posición de Keylor Navas.
Sí, estos jóvenes mostraron su talento y es una coincidencia que ambos fueron parte de un Pescara que será bien recordado por tener muy buenos futbolistas. Claro, a los Delfines no se les reconoce como una fábrica de jugadores ni mucho menos, pero en la temporada 2011-12 tenían a Verratti e Insigne.
Marco apenas tenía 18 años de edad y ya cargaba con la responsabilidad de ser el número 10 del equipo dirigido por Zdenek Zeman. Como lo hace en el PSG, el centrocampista hacía absolutamente todo: recuperaba, distribuía y asistía. Esta campaña se mandó nueve pases para gol y así ayudó al equipo a ascender a la Serie A.
De ahí los grandes equipos le echaron el ojo. No llegaba ni a los 20 años y ya era todo un crack. Juventus, AC Milan y Paris estuvieron ofertando por él y al final terminaría en Francia. Ahora es uno de los mejores centrocampistas del mundo.
El caso de Lorenzo es un poco diferente. El jugador llegó al Pescara en condición de préstamo del Napoli, donde surgió como profesional. Sin embargo, donde despegó y tomó la experiencia para ser un muy buen jugador fue en la Serie B.
Insigne fue una de las piezas fundamentales para que Zeman lograra que el equipo subiera al Calcio. Fue el segundo jugador con más goles del equipo con 18, solo por debajo de Ciro Immobile, que después la rompería en el Torino.
Lorenzo también terminó su préstamo con los Delfines, al igual que Immobile que pertenecía a la Juventus (que sería vendido al Genoa). Verratti pasó al club parisino y así ese Pescara que pintaba para luchar por la permanencia perdió a sus tres piezas más importantes.
Su campaña en la Serie A en el 2012 fue muy mala. Terminarían en el último lugar de la tabla y apenas ganaron seis juegos. Descendieron y desde entonces no han visto la luz.
Aún así, les queda el recuerdo de que dos cracks pasaron por sus filas. Claro, también está el qué hubiera pasado si quedaban.