Si Diego Armando Maradona y Julio César Chávez no hubieran caído en problemas de drogadicción, sus leyendas tal vez habrían sido más grandes. Hablar del futbol argentino es hablar de Maradona y hablar del boxeo mexicano, es rememorar a Chávez, incluso el ícono del boxeo azteca, Saúl Canelo Álvarez, se rindió a sus pies después de ganarle Gennady Golovkin el pasado 15 de septiembre.
El mejor jugador de la historia de Argentina y el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos se reunieron con motivo del cumpleaños del ex futbolista y durante su charla coincidieron en que el consumo de drogas impidió alargar los éxitos.
“¿Tú crees que si Diego y yo no hubiéramos consumido drogas no hubiésemos sido mejores?”, preguntó Chávez a David Faitelson en ESPN. “¿Qué boxeador hubiera (Chávez) sido si no hubiera consumido?”, cuestionó Maradona.
Luego de unas semanas de seguimiento cumplimos. Darle el mejor regalo al Diez! Merecido reconocimiento a @LuiGuemez para llegar a Chavez y a @pulgagalvan por haberme convocado @DiegoAMaradona @Jcchavez115 @APMDigital1 #DiegoMaradona #Cumpleaños58 pic.twitter.com/Cyp8nLnGeX
— Axel P Maidana (@AxelPMaidana) 31 de octubre de 2018
“Yo no consumía para elevar mi rendimiento, lo hacía para joderme a mí mismo. Yo no podía moverme en la cancha porque durante la semana no podía entrenar”, confesó Maradona en la charla con ESPN.
Diego fue suspendido 15 meses en 1991, justo en unos de sus mejores momentos con el Nápoles, por dar positivo por cocaína. Durante el Mundial de 1994, en Estados Unidos, el argentino volvió a dar positivo en un control antidopaje, esta vez por efedrina, norefedrina, seudoefedrina, norseudoefedrina y metaefedrina, por lo que fue suspendido otros 15 meses. En resumen, Maradona se perdió de la actividad en cancha dos años y medio por culpa de las drogas.
En tanto, Julio César Chávez tocó el cielo del boxeo con una marca de 90 peleas sin derrota (la mejor marca de Canelo fue de 43 sin derrota para que se den un quemón), hasta que el estadounidense Frankie Randall lo venció en enero de 1994.
“Conocí la derrota gracias a mi drogadicción y mi alcoholismo. Hay que reconocer que estuve metido en ese infierno, pero por suerte ya logré salir”, indicó.