Diego Armando Maradona se dio cuantos lujos podía en su etapa como jugador, especialmente cuando Guillermo Coppola se convirtió en su representante en lugar de Jorge Cyterszpiler y previo al Mundial de México 1986, se enteró que Ferrari fabricaría un modelo especial, el F40.

La constructora italiana había anunciado que sólo fabricaría 40 unidades en todo el mundo, por ello el nombre de F40, y Maradona quería poseer uno y se lo pidió a Coppola cuando éste lo llevaba hacia el aeropuerto de Roma, desde donde partiría para concentrarse con la Selección de Argentina.

El capricho de Maradona: Una Ferrari negra

Para ese entonces, Maradona ya tenía una Ferrari y de hecho Coppola lo llevaba al aeropuerto en ese auto. “Guille, ¿me compras una Ferrari? Esta siempre la usas tú y nunca me la dejas usar”, dijo Maradona, de acuerdo con el propio Coppola. El representante aceptó la petición de Diego, quien antes de pasar con migración le hizo una última petición a su representante: “Guille, la Ferrari negra”.

Para ese entonces, Ferrari sólo construía sus autos de color rojo, y hasta la fecha es el color insignia (por ello los monoplazas de F1 son rojos), y aunque en nuestros tiempos podemos ver Ferraris amarillos y negros, en los 80 sólo se hacían rojos, por lo cual Coppola pidió un reunió en las instalaciones de Monza, en Milán, con nada más ni nada menos que Enzo Ferrari, fundador de la escudería Ferrari.

En la reunión, Enzo le hizo saber a Coppola que tenía más de tres mil pedidos y que sólo haría 40, ni uno más, sin embargo, Guillermo le hizo saber que estaba dispuesto a pagar la totalidad en ese momento, pues el pedido era de Maradona, por lo que se firmó el contrato por 470 mil dólares.

Ya con el contrato en mano, Coppola le hizo saber a Enzo que Maradona tenía una petición: La Ferrari F40, de color negro. Enzo hizo el coraje de su vida y explicó una y otra vez que Ferrari era de color rojo. Tras una larga discusión, Coppola convenció al fundador de Ferrari para que 39 de su último modelo fueran pintados de rojo y sólo uno, el de Maradona, fuera negro.

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El negocio que Coppola hizo con la Ferrari negra en Napoli

Dos meses después, Maradona regresó del Mundial de México 1986 a Italia, tras unas vacaciones, para incorporarse al Napoli. Coppola llegó dos días antes para verificar que la Ferrari que habían llevado a la casa de Diego realmente fuera negra. El día que arribó Diego, Coppola se llevó el auto negro hasta la pista de aterrizaje.

En el aeropuerto, Coppola encontró al presidente del Napoli, Corrado Ferlaino, quien quedó fascinado con el auto y el representante de Maradona aprovechó la ocasión para proponerle: “Presidente ¿Por qué no se la regala a Diego?”.

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Así trató Guillermo Coppola de convencer al directivo de pagar el auto, de forma que Maradona no tuviera que pagarlo de su bolsillo y el directivo aceptó, aunque cayó en los “trucos” de Coppola, quien había pagado 470 mil dólares, sin embargo, a Ferlaino le dijo que había costado 870 mil dólares y la cifra llegó a un millón de dólares por la pintura.  

“Presidente, Diego llega como Campeón del Mundo, el mejor jugador del Mundial, mejor gol del Mundial, lo tiene usted en su equipo, no lo saluda, no le da bola. Créame que si usted se lo regala lo besa, lo abraza y le dice que lo quiere. Primer amistoso que haga, le hago recuperar el millón”, y el directivo cerró el trato.

Cuando Maradona descendió del avión vio el auto y agradeció a Coppola, quien hizo al futbolista rectificar: “No, fue Corrado quien te lo regala”, y Maradona, efectivamente, abrazo eufórico al presidente del Napoli.

Ya en el auto, Coppola le confesó a Maradona que el auto había costado 470 mil dólares, pero había convencido al presidente de pagarlo a más de doble, con una diferencia de 530 mil dólares, cifra que terminó en las manos de Coppola.

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Sergio Ramírez es periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha trabajado en Diario Estadio, La Razón de...

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