El pasado 17 de junio, miles de aficionados del Napoli salieron a las calles después de que su equipo se coronara en la Coppa de Italia, en una dramática tanda de penales, por lo que la Organización Mundial de la Salud se manifestó con indignación ante los altos riesgos de contagio en el país más golpeado por el coronavirus en Europa.
El futbol ha jugado un papel importante en la propagación del virus en el Viejo Continente, a tal grado que los partidos entre Atalanta- Valencia, Juventus-Lyon y Liverpool-Atlético de Madrid, todos de la Champions League, fueron catalogados en su momento como bombas biológicas.
En el caso del juego entre Liverpool y colchonero, se han señalado hasta 41 fallecimientos indirectamente relacionados con el partido de futbol, por lo que existe preocupación por parte del gobierno y la policía de Liverpool por un rebrote en los festejos del inminente título de los Reds.
La afición del equipo de Anfield ha contenido el júbilo de ganar la Premier League por casi 30 años, por lo que la conquista del título representaría un riesgo de contagios si los seguidores salen a las calles en multitudes.
Las autoridades de Liverpool apelan al entendimiento de los seguidores para que los festejos se realicen con moderación, aunque también se trabaja en operativos de seguridad para disuadir grupos y así evitar festejos masivos, de acuerdo con TUDN.
Los operativos iniciaron desde este domingo, con el partido entre los dos equipos del condado de Merseyside, Everton y Liverpool. Previo, durante y después del juego, la policía vigiló los alrededores del estadio Goodison Park para evitar que los aficionados se acercaran al inmueble y así evitar escenas como la que se dio en España, donde un aficionado ingresó al estadio del Mallorca para buscar una foto con Lionel Messi.
Se espera que cuando se consuma el título, el propio Liverpool ponga en marcha una campaña en redes sociales para invitar a los aficionados a festejar desde casa.
Tan sólo el año pasado, cuando el club se coronó en la Champions League, se dieron cita más de 60 mil personas en las calles de Liverpool para festejar el campeonato y el club decidió no ir a su estadio a festejar, pues el inmueble no tendría capacidad para albergar a todos los seguidores.