El 26 de febrero de 2012, Liverpool abrió sus vitrinas para darle lugar a la Copa de la Liga tras vencer en tanda de panales 3-2 al Cardiff City. Han pasado seis años desde la última vez que los Reds levantaron un título.
En ese periodo el plantel se ha renovado por completo. El capitán de ese entonces, Steven Gerrard, se encuentra en el retiro y el gafete ha sido heredado a Jordan Henderson, quien tiene la gran oportunidad de abrir nuevamente las vitrinas para colocar la sexta Champions League.
Seis años le ha costado al Liverpool encontrar una generación de jugadores que puede acceder a la gloria. Para coincidir, los caminos han sido distintos, algunos han sido más complejos y otros tuvieron que recurrir a los milagros para continuar con su carrera.
La gran estrella de este grupo, Mohamed Salah, aún jugaba en 2012 con el El Mokawloon en su natal Egipto, y la Champions sólo era un sueño remoto. Aún tenía que pasar por el camino casi anónimo por el Chelsea y jugar en la Roma junto a su ídolo Francesco Totti.
El escocés Andy Robertson, de 1.78 metros, era despedido del Celtic Glasgow por su baja estatura a los 18 años y se refugiaba en Twitter para expresar su sentir: “La vida a esta edad es basura sin dinero #NecesitoTrabajo”. Seis años después el dinero ha dejado de ser una preocupación y está a las puertas de la gloria.
life at this age is rubbish with no money #needajob
— Andrew Robertson (@andrewrobertso5) 18 de agosto de 2012
El senegalés Sadio Mane, valuado en 60 millones de euros, era vendido del Metz de Francia al Salzburgo por poco más de tres millones de euros y mientras entrenaba, su representante decía: “Pongan mucha atención, él jugará en los escenarios más grandes”; lo calificaban como un loco.
Jordan Henderson, el actual capitán, era puesto a prueba en un partido de la Europa League, contra el modesto equipo ruso Anzhi Makhachkala, para demostrar si valía la pena permanecer en el club o ser negociado una vez más. En 2011 fue ofrecido al Fulham, pero el traspaso se vino abajo.
En 2012 el defensa Virgil van Dijk empezaba su carrera en su natal Holanda con el Groningen. Hizo escala en el Celtic de Escocia antes de aterrizar en la Premier League con el Southampton en 2015. Durante la temporada pasada le fue detectado un absceso abdominal que puso en riesgo su carrera, pues los médicos le informaron que se trataba de un mal peligroso.
“Perdí alrededor de 15 kilogramos. Tenía veneno en mi sistema y el absceso casi estalló. Fue peligroso y estuve en el hospital durante 12 días”, declaró. En mayo pasado consiguió un acceso para estar en Cardiff y presenciar desde las tribunas la final de la Champions y vio cómo el Real Madrid se coronaba ante la Juventus.
No se imaginaba que los blancos serían sus rivales 12 meses después en el mismo torneo. En diciembre fue fichado por el Liverpool. “Estar en la final ahora es especial. Lo esperaba mientras estuve allí. Pero es increíble estar aquí sólo unos meses después”.