Desde verlo sin camisa en portadas de revistas, hasta parecer uno de los más grandes raperos de la historia. Eso y más es lo que hace Lewis Hamilton cuando está fuera de su monoplaza, en donde se transforma en un hombre de sociedad y deja el casco a un lado.
Siempre al último grito de la moda, el británico quiso sorprender previo al Gran Premio de Bahrein y apareció en su padock con la vestimenta típica de un bahreiní, pero muy a su estilo.
Además de un keffiyeh y un thawb blanco, que son típicos de aquel país, el piloto de Mercedes portó sus gafas y un colgante enorme de oro, que al final sostenía una efigie de Jesucristo, una combinación que pudo ser tomada a mal en aquellos lares.
En fin, Lewis no repara en mayores situaciones, se sube a su auto y hace polvo a cualquiera, aunque si de polémica en la Fórmula 1 se trata, también es un todoterreno.