Ocho años después de la llegada del “Inge” Rodríguez, Tigres dio un vuelco a la galaxia, sin duda: del Tuca a Gignac. De gayola a las pasarelas rimbombantes, y como es cierta esa hipótesis de que el futbol no tiene precio, Tigres cuajó, incluso con la chequera. Un Giro copernicano. De las galeras a la conquista del Everest. ¡Quién lo iba a decir! La universidad autónoma de Nuevo León, no encontró mejor ojo clínico para esto del futbol, que el vicerrector de la Universidad de Monterrey…
Tanto enmendó el camino “el Inge”, que a partir de su llegada, en cada verano los focos apuntaban a la próxima contratación felina. Nunca decepcionaron. De Gignac a Damm, pasando por Cardozo, Aquino, Sobis, Nahuel, Egidio Arevalo. Una lista cósmica que deslumbró un torneo, que hasta ese momento era sombrío, con sus excepciones. Tigres se encargó de catapultar la ilusión nacional de la mano de ese Da Vinci disfrazado de Ingeniero…
Rodríguez produjo la mejor película hollywoodiense de futbol mexicano. Dirigido por el `Tuca´ Ferretti, este comando tuvo todos los géneros posibles. La ciencia Ficción, con esa dupla de otra galaxia de Gignac y Valencia, acción, en los pies de Aquino y Damm, el Western, con el polémico Nahuel, y por supuesto el Drama de no ganar ningún torneo internacional… ¡Qué dramón! Tal vez, el único defecto de este inmenso proyecto.
Cierto, no levantar el título cada seis meses le segaron de espinas el camino una que otra vez, sin embargo supo evitar cualquier escaqueo con el corte de caja: Cuatro títulos de Liga MX: Apertura 2011, 2015, 2016, 2017, una Copa MX en el Clausura 2014, además de dos trofeos de Campeón de Campeones.
Poco para una superpotencia como Tigres, aunque habría que recordar que antes del “Inge”, los de la UANL tenían 29 años sin ser campeones, toda una vida…