El Stade de France de Saint-Denis explotó en 1998 con el triunfo 3-0 de Francia sobre Brasil en la final de la Copa del Mundo y entre la efervescencia de las celebraciones azules, se observó a Ronaldo, un joven con apenas 21 años que cargó sobre sus hombros las esperanzas de todo un país, su futuro futbolístico y unos zapatos Nike.
La icónica fotografía del periodista Oliver Berg no sólo reflejó el sentimiento de derrota de ‘El Fenómeno’ sino también el inicio de este deporte como uno de los espacios publicitarios más rentables del mundo o como lo llamaremos en nuestro podcast: Futbol S.A de C.V.
Aquella final de Francia 98 estuvo llena de controversia y misterio ya que lo único que se sabe con certeza es que el equipo francés goleó a Brasil y que Ronaldo, la gran estrella verdeamarela, sufrió convulsiones epilépticas unas horas antes de jugar.
Días más tarde el resultado de aquella noche fue lo de menos pues la afición no entendía ¿cómo puede un futbolista sufrir convulsiones y estar listo para disputar unas horas después la final de la Copa del Mundo?
Así, entre varias teorías conspirativas, surgió una que tomó fuerza y quedó como la no oficial: Nike, la gigante marca estadounidense que patrocinaba tanto a Brasil como a su estrella, había obligado a Ronaldo a jugar.
Futbol S.A de C.V | La globalización del deporte
En aquel entonces resultaba complicado imaginar que una compañía tuviera tanta influencia en las decisiones técnicas de un equipo. Sin embargo, hoy a casi 25 años vivimos en un presente donde Lionel Messi juega en la Liga Uber Eats y el Barcelona tiene su casa en el Spotify Camp Nou…
Para este episodio de Las Cosas que da el Futbol platicamos con nuestro amigo Juan Meneses, quien desde su punto de vista como director de publicidad nos ayudó a comprender cómo fue que las marcas se abrieron camino y llenaron de vicios a este deporte con el único fin de hacer millones de dólares.
Desde lo más básico, cuando se dedicaban a fabricar exclusivamente los productos que los jugadores necesitaban; hasta el surgimiento de los “futbolistas marketeros”, los famosos comerciales de Joga Bonito, los zapatos de fut personalizados —una tendencia muy del basquetbol— y hasta los mismos jugadores que ya se venden como una marca.
La publicidad como parte de la cultura futbolera
Está claro que no nos podemos dar golpes de pecho por el papel de la publicidad en el futbol si todos disfrutamos de Figo, Roberto Carlos y compañía en los promocionales de Nike, cuando los anuncios seguían un storytelling que nos emocionaba a la hora de prender la tele.
Otra cosa muy distinta es saber que en nuestra Selección las convocatorias responden a qué jugador sea más rifado para vender pan o tarjetas de débito. O que estamos bastante lejos de volver a ver una playera sin patrocinadores.
Es decir: ¿A poco sí hay alguien que vea un partido del Pachuca y se emocione con sus patrocinadores? “Nombre’, jefita, cuando acabe el juego del Tuzo me voy a ir a comprar unos bultos de Cementos Fortaleza”.
(Por cierto: Saludos a la afición tuza que seguro sigue de fiesta por el campeonato)
Por eso la fotografía de Ronaldo —quien tiene contrato vitalicio con Nike— toma más importancia pues a su corta edad ni siquiera sus inquebrantables rodillas soportaron el peso de ser una figura destinada a vivir bajo el poder de Nike.
Curioso cómo unos zapatos de fut tan ligeros como los R9 se sintieron como dos grilletes en la espalda de aquel joven…
La historia completa de Ronaldo y el análisis profundo del marketing en el futbol lo puedes escuchar aquí abajo con Sara Herrera Landeros, Diego Morales y claro, nuestro amigo Juan Meneses, quien nos ayudó a ver la pelota desde otra perspectiva.