En los Juegos Olímpicos además de ver las diferentes competencias deportivas que paralizan al mundo durante 2 semanas, también podemos conocer grandes historias y aprender todas las dificultades que han tenido que pasar diferentes atletas para llegar a competir dentro de la justa veraniega.

El jugador de rugby de la selección de los Estados Unidos, Nate Ebner, tuvo que atravesar un complicado camino para cumplir su sueño de estar jugando en unos Juegos Olímpicos.

Ebner fue parte de la plantilla de los New England Patriots que ganó el Super Bowl XLIX, pero su deporte favorito siempre había sido el rugby y cuando se dio la oportunidad de representar a su país dentro de esta disciplina, no dudo en abandonar su sueño de jugar en la NFL y cumplir una meta que era todavía más grande.

Pero ¿de dónde nació su amor por este deporte?

El padre de Nate, Jeff Ebner, jugó rugby cuando se encontraba en la Universidad de Minnesota y le heredó a su hijo el amor por la disciplina. Desde muy temprana edad Nate demostró un talento impresionante y a los 17 años se convirtió en el jugador más joven de la historia en representar a la selección de rugby siete en los Estados Unidos.

Pero la relación con su papá no se limitaba únicamente a los deportes, hacían todo tipo de actividades juntos y Nate incluso lo acompañaba a trabajar en el negocio de la familia, en el que se dedicaban a vender partes de coches usados.

Sin embargo, el 12 de noviembre del 2008 su vida cambió por completo. Su papá fue asesinado por unos asaltantes que ingresaron al negocio. Lo peor para Nate es que no sólo perdió a su padre, sino que también a su mejor amigo, a la persona que le platicaba todo.

“Los primeros días fueron muy complicados para mí, no pensé que hubiera una manera de seguir adelante con mi vida”, confesó Nate en una entrevista con Bleacherreport.

La madre de Nate al ver esta situación le pidió que disfrutara su vida y que cumpliera con todos los sueños que tuviera, ya que su padre querría que fuera feliz.

Una de estas metas era la de llegar a la NFL, antes de la muerte de su padre, el joven de 20 años en aquel momento, ya había decidido que iba a dejar el rugby y buscaría la oportunidad de jugar futbol americano en la Universidad de Ohio. Pero la única condición que le puso su padre fue que no jugará por el simple hecho de hacerlo, que se pusiera la meta de llegar a la NFL.

El camino no fue sencillo, ya que ingresó al equipo sin una beca y sabía que su única posibilidad de quedarse con los Buckeyes era si tenía una buena participación dentro de los equipos especiales. Sus actuaciones fueron excelentes y en menos de un año ya tenía la beca y fue elegido como el mejor jugador dentro de su unidad.

Fue seleccionado en la posición 197 del draft de la NFL por los Patriots.” Convertirse en el mejor jugador de los equipos especiales después de no recibir una beca, eso es lo que queremos en este equipo, esos son los New England Patriots, puede sentirse orgulloso que fue elegido dos lugares antes de Tom Brady, que fue el 1999″, mencionó Robert Kraft dueño de la escuadra.

A pesar de que jugar en la NFL era algo mágico y  además logró ganar uno de los super tazones más emocionantes de la historia, entendió que participar en el  rugby dentro de los Juegos Olímpicos era algo que tenía que hacer, ya que ese hubiera sido el sueño de su padre.

“No puedo expresar lo que significaría para mí ganar una medalla de oro en Río, no sólo lo hago por mí o por mi papá, lo hago para toda la gente que me apoyó y que estuvo presente conmigo en este viaje tan complicado”.

Esta es una historia digna de admirarse, debido a que Nate Ebner nos demuestra que no importa que tan complicado sea el camino, si uno se lo propone puede conseguir todo lo que se plantee.

Fotos: Getty Images

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